Francia vive este sábado la tercera jornada consecutiva de huelga en los transportes, en protesta por la reforma de las pensiones, que se deja sentir en particular en los ferrocarriles y en el transporte metropolitano en París, aunque esta vez no hay supresiones de vuelos.
Como viene ocurriendo desde el jueves, no circula ningún tren entre Francia y España o entre Francia e Italia, y entre Francia y Alemania únicamente uno de ida y vuelta entre París y Stuttgart, indica la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) en un comunicado.
En cuanto al resto de las comunicaciones ferroviarias internacionales, se han suprimido el 90 % de los servicios habituales con Suiza, la mitad de los Eurostar con Londres y un tercio de los Thalys con Bélgica y Holanda.
En el interior de Francia, circula de media uno de cada seis trenes de alta velocidad (TGV), el 5 % de los otros de larga distancia, el 15 % de los cercanías de París y un 10 % de los regionales.
La entidad del transporte metropolitano de París (RATP) informa en su página internet de que nueve de sus líneas de metro no funcionan en absoluto y otras cinco sólo van a estar abiertas entre las 13.00 y las 18.00 horas, pero con menos trenes de los habituales. El servicio será normal en las dos automáticas, la 1 y la 14.
La situación también está muy perturbada en los tranvías y en los autobuses, con un 40 % en circulación de media.
Tanto la SNCF como la RATP han avisado de que la situación continuará siendo similar al menos el lunes.
De hecho, es más que probable que se prolongue a los días siguientes, puesto que los sindicatos convocantes de la protesta han anunciado una nueva jornada de manifestaciones el martes y el primer ministro, Édouard Philippe, ha avanzado que detallará el contenido de la reforma el miércoles a mediodía.
El principal respiro este fin de semana viene del cielo, ya que la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) no ha pedido a las compañías que supriman ningún vuelo, a diferencia de lo ocurrido el jueves y el viernes por el paro de los controladores y de empleados de algunas aerolíneas, que obligó a cancelar entre el 20 y el 30 %.
En cuanto a las carreteras, el tráfico se verá dificultado por la quincena de operaciones de bloqueo que organiza este sábado una de las organizaciones de empresas de transportistas, la OTRE, no contra la reforma de las pensiones, sino contra la subida de los impuestos al gasóleo de los camines programada para enero.
La Organización de Transportistas Europeos (OTRE), la tercera en importancia en el sector en Francia, que denuncia una medida que tendrá un sobrecoste de 800 euros por vehículo y por año, pretende impedir el paso de camiones en sus puntos de bloqueo, colocados en lugares estratégicos de la red de autopistas y carreteras.
Una operación que amenaza con dificultar todavía más el tráfico en un momento crítico por la huelga de trenes, que este viernes generó una mayor afluencia en las carreteras que a media tarde causaron 583 kilómetros de atascos en los accesos de París, un nivel muy superior al habitual.
Todo eso sin olvidar la huelga de trabajadores de las refinerías, que desde el jueves han estado bloqueando la entrada en siete de las ocho que hay en Francia. El Gobierno ha asegurado que las existencias de carburante son suficientes y que las gasolineras están siendo aprovisionadas.