El Tesoro Público español, tras suspender como hace habitualmente la última subasta de deuda a medio y largo plazo de agosto, volverá a apelar a los mercados esta semana con la vista ya puesta en que hasta final de año tiene previsto colocar unos 36.000 millones de euros.
En el acumulado del año, el Tesoro ha logrado emitir algo más de 86.000 millones en deuda a medio y largo plazo, lo que supone un 70,6 % de la previsión para todo 2019, que alcanza los 121.900 millones.
Así, aún le queda por captar el 29,4 % restante, lo que equivale a esos 36.000 millones.
La primera prueba de fuego para el Tesoro será este mismo jueves 5 de septiembre, una subasta en la que se ha marcado como objetivo vender hasta 4.750 millones en deuda de varias denominaciones.
En concreto, ofrecerá bonos a cinco años, obligaciones a diez y cincuenta años, y otras obligaciones indexadas a la inflación que vencen en 2030 (vida residual de 11,3 años).
Desde que comenzó el año, España ha logrado financiarse cada vez más barato gracias al incremento de la demanda de los títulos de deuda por parte de los inversores.
La renta fija se ha convertido en activo refugio ante las turbulencias que ha vivido el mercado de renta variable, afectado por la guerra comercial y el miedo a una desaceleración económica mundial, entre otros factores como el "brexit".
Esto ha llevado a que el bono de referencia español se haya llegado a situar en mínimos históricos (el 15 de agosto alcanzó el 0,31 %) mientras que el alemán -el considerado el más seguro de Europa- pulveriza hoy sus cotas más bajas, cerca del -1 %.
Todo ello propicia que España se financie cada vez más barato y que incluso, en el caso de la deuda a más corto plazo, cobre a los inversores que la adquieran.
En la última subasta de deuda, del pasado 20 de agosto, España colocó 1.575 millones en letras a tres y nueve meses, que en este último caso, salieron a un interés marginal negativo en mínimos históricos.
El ahorro que está obteniendo España por los menores costes de financiación (en mínimos históricos), unido a la buena evolución de los ingresos fiscales y a la ejecución presupuestaria, llevó hace unos meses al Tesoro a rebajar la emisión neta de deuda pública prevista para este año a 30.000 millones, frente a los 35.000 millones estimados.
Igualmente, el Tesoro recortó la emisión de deuda bruta hasta los 204.526 millones.
Ahora, volverá a reducir el objetivo de emisión neta de deuda para 2019, que se situará por debajo de los 200.000 millones (por primera vez desde 2011), según adelantó hace unos días el secretario general del Tesoro Público, Carlos San Basilio.
No obstante, los analistas de XTB han advertido de que si la economía española, pese a ser una de las que más crece de Europa, sigue experimentando una progresiva desaceleración, el Estado podría verse obligado a aumentar sus necesidades de financiación.