Varios miles de personas se concentran desde la mañana de este miércoles en los alrededores de la avenida 9 de julio, principal arteria de Buenos Aires, para reclamar la aprobación de una ley de emergencia alimentaria que enfrente las consecuencias de la grave crisis económica que vive Argentina.
Desde temprano, diversos movimientos sociales y políticos desarrollan protestas con marchas al Ministerio de Desarrollo Social y al Congreso de la Nación, donde esta tarde dirigentes de esas agrupaciones se reunirán con referentes de la oposición para pedir que se celebre la próxima semana una sesión en la que se debata el proyecto.
"La emergencia alimentaria es un reclamo ya impostergable. Venimos desde hace tres años planteando que la situación se viene agravando, es necesario que se atienda el problema del hambre en Argentina", explicó a la prensa Daniel Menéndez, integrante de Barrios de Pie, una de las organizaciones convocantes.
Ese proyecto de ley busca, entre otros aspectos, la apertura de más programas sociales, el aumento de los salarios sociales y más alimentos para los comedores populares.
La fuerte afluencia de personas en la 9 de julio, donde se ubica la cartera de Desarrollo social, ha llevado a cerrar al tráfico buena parte de la avenida, y las agrupaciones advierten de que la manifestación puede ser por tiempo indeterminado si el Gobierno no atiende los reclamos.
A las marchas sociales se suma la decisión de un grupo de trabajadores de encadenarse ante las puertas del Banco Central para condenar la situación económica y reclamar que el titular del organismo, Guido Sandleris, les atienda.
Si bien la actual crisis se remonta a abril de 2018, cuando una abrupta devaluación del peso ante el dólar desencadenó una grave recesión y un fuerte aumento de la inflación y los niveles de pobreza; la derrota del oficialismo en las elecciones primarias del 11 de agosto, en las que venció el peronista Alberto Fernández con una diferencia de 15 puntos, recrudeció la situación.
Desde entonces, tras fuertes vaivenes en los mercados, el dólar ha aumentado su valor en torno al 23 % y se espera que esto repercuta en la inflación, que ya en 2018 fue del 47,6 %, el valor más alto desde 1991.
También la prima de riesgo se disparó más de un 200%.
Por estos últimos embates, los analistas a los que consulta el Banco Central argentino para su informe de expectativas de mercado anunciaron este martes que suben al 55 % su pronóstico de inflación para este año.
En las pasadas semanas, tras su derrota en las primarias -que complica su reelección en las elecciones generales del 27 de octubre- y el efecto que tuvo en la economía, el presidente Mauricio Macri aprobó diversas medidas para enfrentar los efectos que generará la nueva devaluación.
Entre esas medidas está la eliminación del IVA para algunos alimentos básicos, el congelamiento del precio de la gasolina y beneficios fiscales para trabajadores y pequeñas y medianas empresas.
Además, han comenzado a aplicarse medidas de control cambiario para tratar de frenar la subida del dólar y la fuga de divisas y el Gobierno anunció que busca extender los vencimientos de pago de deuda con acreedores privados y con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en 2018 aprobó un préstamo para Argentina de 56.300 millones de dólares, con el objetivo de preservar las reservas monetarias.