Un año después de protagonizar una dura huelga de 16 días, el sector del taxi de Madrid lamenta que las administraciones sigan sin atender sus peticiones y sin regular las plataformas de vehículos de alquiler con conductor (VTC), pero cree que los paros sirvieron para difundir su problema e incluso mejorar su imagen.

Fueron más de dos semanas de enorme tensión, que se dejaron sentir por toda la capital y dieron pie a episodios que trastocaron considerablemente su día a día, como la 'acampada' en Ifema durante la celebración de Fitur o los recurrentes cortes de la M-40 o el paseo de la Castellana.

Sin embargo, como recuerda ahora el portavoz de la asociación Élite Taxi, Juan Manuel Rodríguez, los taxistas toparon con "un muro": la Comunidad de Madrid, entonces presidida por Ángel Garrido, no realizó ni una sola concesión al sector, que tras someter a referéndum la continuidad de los paros dio su brazo a torcer el decimosexto día de huelga, el 5 de febrero de 2019.

"La situación sigue no igual, peor", afirma el presidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid, Julio Sanz, quien denuncia la "parálisis total" del Ayuntamiento de la capital, que tramita desde hace meses una nueva ordenanza para el taxi, y que aún no existe una normativa autonómica para los VTC, al contrario que en otras regiones.

Tanto Sanz como Rodríguez coinciden en recalcar que las licencias de VTC no han parado de aumentar, y el representante de Élite Taxi asegura que por Madrid circulan en la actualidad entre 2.500 y 3.000 VTC procedentes de otras comunidades autónomas en las que se ha limitado su actividad.

Aun y con todo, y sin perder de vista que muchos taxistas "lo han pasado muy mal" para equilibrar sus cuentas tras aparcar el coche durante esos dieciséis días de huelga, el colectivo saca una lectura en positivo de esa movilización: que sirvió para dar a conocer su situación.

"A pesar del coste, que fue importante, logramos sacar a la luz nuestro problema", comenta Sanz, quien sostiene que el usuario "ha recuperado la confianza" en el taxi y, en la segunda mitad de 2019, se recuperaron niveles de actividad "bastante aceptables".

Rodríguez agrega que los taxistas se han concienciado, a su vez, de la importancia de mejorar su servicio, y cada vez son más los que ofrecen "detalles de cortesía" como botellas de agua, wifi, prensa o caramelos.

Ante la insistencia del taxi en que se actualice la legislación de los VTC, fuentes de la Consejería de Transportes (que ahora dirige Ángel Garrido) indican a Efe que es el Gobierno central quien debe establecer una normativa a nivel estatal, si bien no descartan que la Comunidad tome la iniciativa si, pasado "un tiempo razonable", estima que esa regulación "no va a llegar".

Apuntan, asimismo, que el Ejecutivo madrileño tiene la voluntad de reforzar el control a los VTC: hasta el 30 de noviembre de 2019 se habían realizado 11.248 inspecciones a estos vehículos, un 13 % más que en el mismo período de 2018, y en 2020 aspiran a superar las 13.500 inspecciones.

En 2018, casi el 30 % de estas inspecciones derivaron en sanciones a los VTC, la mayoría por captación irregular de clientes o no disponer de hoja de ruta de trayecto.

En lo que al taxi se refiere, la Comunidad actualizó su reglamento en abril del 2019, incluyendo medidas como servicios de taxi compartido, ampliar el acervo de precios fijos para determinados trayectos o simplificar los trámites para la obtención de licencias.

Este nuevo reglamento dejó insatisfechas a las principales asociaciones del sector, que recurrieron la norma ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, sin que el procedimiento se haya resuelto a estas alturas.

"La tensión y la fricción que hubo en su momento se han reconducido", aseguran en la Consejería de Transportes, destacando que en los últimos meses se ha abierto una vía de diálogo continuo entre el Gobierno y los taxistas.

Desde el Ayuntamiento, afirman que la nueva ordenanza del taxi "sigue su procedimiento", y que tienen intención de sacar otra norma para los VTC en coordinación con la Comunidad.

Recuerda además que el Consistorio ya ha aprobado, por ejemplo, una tarifa ecológica para el taxi que supondrá un descuento del 10 % en los días con restricciones al tráfico por episodios de alta contaminación.

Con este panorama, ¿Podría haber otra huelga en el horizonte? Los taxistas parecen inclinarse por el diálogo, y Rodríguez llama a "la lógica y la coherencia", recordando que su intención no es que "se prohíban" los VTC, sino que se ciñan a la actividad que tradicionalmente tenían antes de la llegada de las plataformas como Uber o Cabify.

"El taxi tiene muy claro que se juega su supervivencia, y la vamos a ver", sentencia Sanz, quien no descarta volver a llevar la lucha del taxi a las calles si es necesario, aunque matiza que lo harían "estudiándolo mucho" y aprendiendo de los episodios del pasado para limitar los "perjuicios" causados a los ciudadanos.

Juan Vargas