Hace menos de dos años, el Congreso de los Diputados aprobó una legislación de nombre peculiar pero vital para agricultores y ganaderos: la Ley de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria. En realidad, el sector la conoce como la Ley de la Cadena y marcó "un nuevo campo de juego, un antes y un después", según aseguraba entonces un agricultor.
Esta norma cambió el terreno de juego porque, a partir de ese momento, se podían poner sanciones a las empresas y a los distintos eslabones de la cadena que lleva los alimentos del campo a la mesa (agricultores, ganaderos, cooperativas, fabricantes o distribuidores) si incumplen las reglas.