En 2021 echó a andar el Impuesto sobre Transacciones Financieras, conocido popularmente como la Tasa Tobin, aunque en realidad tiene diferencias frente a la propuesta de aquel economista. La medida, que grava las operaciones bursátiles, fue una de las primeras iniciativas fiscales de este Gobierno desde que Mariano Rajoy dejara la Moncloa. Sin embargo, 2022, su segundo año en marcha, ha tenido unos resultados lejanos a lo que se esperaba para este tributo.
El ITF, como se le conoce también por sus siglas, terminó el pasado año con 195 millones de euros de ingresos, según los registros presentados por la Agencia Tributaria esta semana sobre el acumulado de recaudación de 2022.