Las raíces de la Unión Europea están manchadas de hulla y zinc. La actual UE tiene su origen en la Comunidad del Carbón y el Acero, hace siete décadas, una alianza comercial para sembrar la paz entre dos enemigos brutales, Alemania y Francia, que habían protagonizado dos Guerras Mundiales sucesivas.
Pero el paisaje europeo de 2023 no es el de 1951, y tanto la pandemia como la guerra de Ucrania y el reciente dopaje de Joe Biden a su economía nacional por la vía de la ley para la reducción de la inflación (IRA) están desnudando carencias de la globalizada economía europea frente a los subsidios acelerados de casi 400.000 millones de euros para la economía verde al otro lado del Atlántico.