El Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) de Estados Unidos rechazó reconsiderar la negativa a darle la residencia legal al dirigente del exilio cubano en Miami Ramón Saúl Sánchez, lo que le pone en peligro de deportación después de 52 años viviendo en este país.

"Amigos, les informo con tristeza que el departamento de inmigración me acaba de denegar el recurso de apelación para la reconsideración de la negativa de mi aplicación de residencia", señala Sánchez, de 64 años, en un mensaje publicado en Facebook.

En el siguiente mensaje, en inglés y publicado a primeras horas de este viernes, el líder del Movimiento Democracia, organización que tuvo gran protagonismo con el envío de barcos hasta cerca de las costas de Cuba, las llamadas "flotillas de la libertad", agrega que "se han agotado" todas las posibilidades de recurrir ante el USCIS.

"Mi abogado, Wilfredo Allen, determinará los pasos a seguir", agrega Sánchez, quien agradece en este mensaje "todo el apoyo" recibido a su lucha por lograr un estatus legal en Estados Unidos.

EFE trató sin éxito de comunicarse con Sánchez y con su abogado.

Diversas organizaciones cubanas en Estados Unidos se han solidarizado con Sánchez y pedido a las autoridades de este país que le permitan quedarse aquí.

El exiliado, llegado a Estados Unidos en 1967, inició el proceso para obtener un permiso de residencia en 2002. En 2016 hizo una nueva solicitud, que le fue denegada en primera instancia y ahora en apelación.

El mismo Sánchez dijo a Efe en julio pasado, cuando conoció la primera negativa a su solicitud, que la organización de las "flotillas por la libertad en Cuba" y las huelgas de hambre que ha hecho en oposición al Gobierno cubano son factores que han jugado en su contra para conseguir un permiso de residencia.

Según dijo, las autoridades migratorias alegan que aquellas acciones eran para "confrontar al Gobierno de Estados Unidos, cuando en realidad eran para reclamar derechos al Gobierno cubano".

Sánchez señaló que adoptó una "lucha cívica no violenta" tras haber pasado cuatro años y medio en prisión durante la década de los años 80 por negarse a declarar ante un gran jurado en un caso relacionado con la organización armada Omega 7, a la que él no pertenece tal como lo determinaron las autoridades estadounidenses.

No obstante, aquel caso a la larga le valió la revocación del permiso ("parole") con el que se mantenía en Estados Unidos.

Del mismo modo, dijo que nunca pidió la ciudadanía estadounidense por considerarlo una "traición" a la causa cubana.

En una conferencia de prensa ofrecida en Miami esta semana, el senador estatal floridano de origen cubano José Javier Rodríguez y Frank Mora, exsubsecretario adjunto de Defensa durante el Gobierno de Barack Obama, criticaron el trato de las autoridades de EE.UU. a Sánchez.

Lo hicieron al criticar al Gobierno de Donald Trump por las deportaciones de cubanos y solicitar a congresistas republicanos, entre ellos a Marco Rubio y Mario Díaz-Balart, a interceder por ellos ante el presidente.

Rodríguez se mostró sorprendido de que congresistas como Rubio y Díaz-Balart, ambos de origen cubano, no se unan a los demócratas para evitar las deportaciones y la obstaculización del asilo político a los cubanos.

El pasado 16 de julio la Asamblea de la Resistencia Cubana tachó de injusticia que se le niegue la residencia a Ramón Saúl Sánchez, "un hombre honesto, íntegro y decente, que ha defendido los derechos a la libertad del pueblo cubano, en consonancia con los más altos valores y principios democráticos de esta gran nación americana".