Francia reabre la restauración y la cultura tras casi siete meses de cierre:

La pregunta "¿qué vas a hacer este miércoles" ha sido probablemente la más repetida estos días a la espera de la reapertura en Francia de terrazas, museos, cines y monumentos tras casi siete meses cerrados. El país recupera este miércoles su "arte de vivir a la francesa", término con el que el presidente Emmanuel Macron definió esta fase de desescalada. También reabren los comercios no esenciales y, a partir de este miércoles, el día será más largo: el toque de queda pasa de las 19 a las 21 horas.

 

La Brasserie L'Horizon, justo enfrente de la céntrica parada de metro de Saint Placide, ha abierto sus puertas a las seis de la mañana, aunque los propietarios de este restaurante llevan semanas preparándose para este día. "Hemos instalado más mesas y nos hemos asegurado de que se respeten las medidas sanitarias", explica Xavier, uno de los responsables del local. Cafés, bares y restaurantes con más de ocho mesas en la terraza, como es el caso de L’Horizon, solo pueden ocupar el 50% de su espacio. En las mesas, gel hidroalcohólico, códigos QR para consultar el menú y un límite de seis personas por grupo. Por contra, a los establecimientos más pequeños se les permite ocupar todas las mesas siempre y cuando haya instalado algún mecanismo de separación entre ellas.

"El tiempo no nos acompaña, pero no nos preocupa", cuenta Xavier, señalando el toldo que cubre las mesas e insistiendo en las ganas que tienen sus clientes de volver a la normalidad. Durante toda la mañana de este miércoles ha llovido de forma intermitente en París, una meteorología que se prolongará durante toda la semana. "La lluvia no nos va a frenar", explican tres amigas que han quedado para tomar un café, un momento que ansiaban desde hace meses. "Después de tanto tiempo es un poco extraño, tenemos la sensación de que estamos haciendo algo ilegal, pero es muy agradable". Para el viernes ya han reservado una mesa para cenar en otro restaurante de la ciudad. 

"Estoy feliz de ver gente en las terrazas y en la calle", explica Hanno, un alemán residente en la ciudad, mientras pasea a su perro. "Hoy París recupera su encanto". Con su mujer, han planificado varias visitas culturales para lo que queda de semana. "Mañana toca la Fundación Monet en Giverny, a una hora en coche de París, y el viernes volvemos al Louvre", detalla. Al preguntarle sobre la posibilidad de que se registren rebrotes en las próximas semanas, Hanno se mantiene optimista: "Hay que tomarse la pandemia en serio, por supuesto, pero el ritmo de vacunación aumenta y hay que volver progresivamente a la normalidad". Este martes, el número de hospitalizaciones alcanzó sus niveles más bajos desde octubre, con poco más de 22.000 enfermos con coronavirus en los hospitales de todo el país.

El sector cultural también ansiaba la llegada de este día después de meses reclamando una reapertura. Al igual que la restauración, también llevan semanas adaptándose a las medidas sanitarias. Los museos deben garantizar un espacio de ocho metros cuadrados por visitante, mientras que los cines y los teatros limitan su aforo a un 35% de espectadores, dos sillones vacíos entre cada grupo y no estará permitido comer. Las salas de cine, además, se encuentran con una sobresaturación de películas para estrenar. El Centro Nacional del Cine y la Imagen Animada (CNC) calcula que hay más de 400 largometrajes para emitirse y, para no saturar el flujo de difusión, los cines prevén estrenar entre 40 y 50 películas por semana, cuatro veces más de lo habitual. 

La siguiente fase de desescalada tendrá lugar el 9 de junio, cuando los restaurantes podrán servir comida en el interior, se ampliará el límite de aforo en cines y museos y el toque de queda se declarará a las 23 horas. La última etapa, el 30 de junio, prevé eliminar el toque de queda e introducir un pasaporte sanitario para, por ejemplo, ir a conciertos, festivales en el exterior o al cine.