Francia exigirá el certificado COVID para entrar en locales cerrados y sancionará a los sanitarios que no se vacunen

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha anunciado este lunes que el certificado vacunación o de haber pasado el coronavirus que se utiliza a modo de pasaporte sanitario en grandes aglomeraciones pasará a utilizarse en restaurantes, bares, teatros y cines desde la semana próxima.

Macron ha anunciado además que el personal sanitario y quienes trabajen con personas frágiles, los empleados de residencias de ancianos, tendrán la obligación de vacunarse antes del 15 de septiembre, y a partir de entonces habrá sanciones para quienes no lo hagan.

"Cuanto más vacunemos, menos espacio dejamos para que el virus se difunda", dijo el jefe del Estado en un discurso televisado en el que avanzó nuevas medidas para frenar el incremento de contagios por la difusión de la variante Delta, que supone ya más de la mitad de todos los casos en el Francia.

La razón para estas medidas es que el porcentaje de los vacunados en ese colectivo es relativamente bajo (en torno al 60 % con al menos una dosis a comienzos de mes) pese a que como grupo prioritario han tenido acceso a la inmunización desde el invierno.

Varios miembros del Gobierno, empezando por el ministro de Sanidad, Olivier Véran, habían vuelto a descartar estos últimos días extender esa obligatoriedad al conjunto de la población. Pero eso no impide que se pueda imponer a otros colectivos que tienen contacto directo con público vulnerable.

Francia no ha sido el único país europeo en anunciar estas medidas. Grecia obligará a vacunarse a los trabajadores de residencias de mayores y al personal sanitario de centros públicos y privados, además de abrir la hostelería y el ocio solo para las personas vacunadas, en un esfuerzo por alcanzar la inmunidad de grupo antes del otoño, según anunció este lunes el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis.

El personal de las residencias que no lo haya hecho tendrá que vacunarse de forma inmediata o será suspendido de empleo a partir del 16 de agosto, mientras que el personal sanitario se verá obligado a partir del 1 de septiembre. A partir de este viernes y hasta finales de agosto las zonas interiores de bares, restaurantes, discotecas, cines y teatros abrirán, pero solo para los que puedan certificar que han sido vacunados y con todos los clientes sentados, tanto en interior como al aire libre.

A finales de junio el Gobierno griego anunció que la hostelería y el ocio podrían abrir sus interiores con dos modalidades, espacios exclusivos para vacunados y mixtos, pero estos últimos tendrían un aforo mucho más reducido que los primeros. Sin embargo, el aumento de los contagios y el avance de la variante delta, junto a la negativa de gran parte de los hosteleros a controlar y separar a su clientela, ha llevado al Ejecutivo a endurecer la estrategia.

Mitsotakis destacó hoy en un discurso televisado que estas medidas buscan proteger la salud de los trabajadores y la de los que les rodean, pero también "constituyen un acto de justicia para la mayoría de los ciudadanos, que actúa con responsabilidad y sensibilidad social". Tras el fin del toque de queda Grecia ha registrado varios focos de contagios en bares y fiestas, especialmente entre los jóvenes, que acumulan la mayoría de casos de la variante delta: El 70 % localizado afecta a menores de 40 años.