Rusia ha cometido crímenes de guerra y posibles crímenes contra la humanidad en Ucrania, según una comisión de la ONU

La comisión independiente de expertos enviada por la ONU a Ucrania ha concluido que las autoridades rusas han cometido una "gran variedad" de violaciones del derecho internacional en diversas regiones del país, "muchas de las cuales equivalen a crímenes de guerra".

En su informe final, presentado este jueves, detallan, entre los crímenes cometidos por Rusia, ataques contra civiles e infraestructuras relacionadas con la energía, homicidios intencionados, confinamiento ilícito, tortura, violación y otros actos de violencia sexual, así como traslados forzosos y deportaciones de niños.

 

Para elaborar el informe, el grupo de expertos visitó 56 localidades y entrevistó a casi 600 personas, 348 mujeres y 247 hombres. Sus investigadores inspeccionaron lugares destruidos, fosas, lugares de detención y tortura, así como restos de armas, y consultaron un gran número de documentos e informes. La llamada Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre Ucrania está formada por tres expertos –Erik Møse, presidente de la misma, Jasminka Džumhur y Pablo de Greiff–, y fue creada por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, ante el cual presentan ahora sus conclusiones y recomendaciones, para investigar las violaciones y abusos de derechos cometidos en el contexto de la invasión rusa.

Los supervivientes destacaron a la comisión de la ONU la importancia de identificar a los responsables y hacerles rendir cuentas. En este sentido, los expertos recomiendan que se investiguen todas las violaciones y crímenes y que los responsables rindan cuentas, ya sea a escala nacional o internacional. En este sentido, reclaman un enfoque integral incluya tanto la responsabilidad penal como el derecho de las víctimas a la verdad, la reparación y la no repetición.  

En el texto, el grupo señala que han documentado un "pequeño número" de violaciones cometidas por las fuerzas armadas ucranianas, "incluidos probables ataques indiscriminados y dos incidentes calificados de crímenes de guerra", en los que se disparó, hirió y torturó a prisioneros de guerra rusos. 

La comisión indica que sus pruebas demuestran que, en las zonas que quedaron bajo su control, las autoridades rusas han cometido homicidios intencionados de civiles o de personas que no participaban en los combates, que constituyen crímenes de guerra y violaciones del derecho a la vida. 

Los expertos dicen estar "impresionados por la magnitud de la destrucción" que vieron durante sus visitas. Las fuerzas armadas rusas han llevado a cabo ataques con armas explosivas en zonas pobladas "con una aparente indiferencia por los daños y el sufrimiento de la población civil, sin tomar las precauciones necesarias". Estos ataques, en línea con lo que también han documentado diferentes organizaciones internacionales, fueron indiscriminados y desproporcionados y el uso de este tipo de armamento ha sido una de las principales causas de víctimas civiles, según explican.

En el informe también hacen mención a las olas de ataques que las fuerzas armadas rusas comenzaron a lanzar contra las infraestructuras relacionadas con la energía ucranianas a partir del pasado 10 de octubre, a raíz de los cuales regiones enteras y millones de personas se quedaron durante temporadas sin electricidad ni calefacción, especialmente con temperaturas bajo cero. . En el documento la comisión deja por escrito que tales ataques pueden constituir crímenes contra la humanidad y recomiendan que esto se investigue más a fondo.

Los expertos también constataron un patrón de confinamiento ilegal generalizado en zonas controladas por las fuerzas armadas rusas, dirigido contra "amplias categorías de hombres, mujeres y niños". Según detallan, el confinamiento y la detención en instalaciones de Ucrania y Rusia iban acompañados de métodos sistemáticos de tortura "contra determinadas categorías de personas por parte de las autoridades rusas". La comisión–que pone el ejemplo de una persona que fue detenida y sometida a palizas como "castigo por hablar ucraniano" y por "no recordar la letra del himno de la Federación Rusa"–. este patrón de tortura "puede constituir crímenes de lesa humanidad y debe investigarse más a fondo".

La comisión halló numerosos casos de violación y violencia sexual y de género cometidos por las autoridades rusas cuando hacían visitas casa por casa en localidades que estaban bajo su control y durante confinamientos ilícitos. La violencia sexual ha sido un aspecto importante de la tortura ejercida por las autoridades rusas, según el grupo. 

Los expertos también se muestran preocupados tras investigar los traslados de niños de Ucrania a Rusia, y en este sentido constatan también que se han cometido violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Explican que las situaciones relativas al traslado y deportación de niños que han examinado también equivalen a crímenes de guerra. De acuerdo con los testigos que hablaron con el grupo, muchos de los niños más pequeños trasladados no pudieron establecer contacto con sus familias y podrían perder el contacto con ellas indefinidamente.