El jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, planeó capturar a la cúpula militar rusa como parte del motín del fin de semana y aceleró sus planes después de que la agencia de inteligencia nacional del país tuviera conocimiento del complot, según ha informado el Wall Street Journal, que cita fuentes occidentales.
En un principio, según el mismo medio, Prigozhin pretendía capturar al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y al jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, durante una visita que ambos planeaban a una región sureña fronteriza con Ucrania, pero el Servicio Federal de Seguridad (FSB) se enteró del plan dos días antes de su ejecución.
El jefe de la Guardia Nacional rusa, Viktor Zolotov, ha dicho, según recoge la agencia estatal TASS, que se produjeron "filtraciones de información" desde "el campamento de Prigozhin", que eran "bastante específicas, sobre el hecho de que se estaba planeando un motín, y que tendría lugar entre el 22 y el 25 de junio, que es exactamente lo que ocurrió". "Esto demuestra que todo esto fue inspirado por Occidente, y, al parecer, instigaron al propio Prigozhin, o tal vez sus ambiciones se apoderaron de él y quería un puesto más alto", dijo el jefe de la Guardia Nacional.
Según el Wall Street Journal, las agencias de inteligencia occidentales también se enteraron pronto de los planes de Prigozhin analizando interceptaciones de comunicaciones electrónicas e imágenes de satélite.
Las fuentes del WSJ creen que Prigozhin había comunicado sus intenciones a altos oficiales militares, incluido posiblemente el general Serguéi Surovikin, pero no se pudo determinar si Surovikin pasó esta información al FSB o cómo la agencia se enteró de los planes de Prigozhin.
El New York Times también ha informado de que Surovikin y posiblemente otros miembros de alto rango del mando militar, tenían conocimiento del motín, citando a la inteligencia estadounidense, que está tratando de averiguar si Surokivin ayudó a planificar las acciones de Prigozhin.
Surovikin es un líder militar respetado, percibido como más competente que otros altos cargos militares rusos, y fue sustituido como máximo comandante de las fuerzas militares que combaten en Ucrania tras apenas tres meses en el cargo. Prigozhin había elogiado a Surokivin mientras arremetía abiertamente contra Shoigú y Guerásimov, a los que acusa de burócratas y culpa de los fracasos en el frente.
El viernes, el general Surovikin apareció en un vídeo en el que hacía un llamamiento a los combatientes a poner fin a la rebelión y volver a sus cuarteles.
Moscú ha calificado de "especulación" las informaciones sobre Surovikin. "En torno estos acontecimientos habrá ahora muchas especulaciones y conjeturas. Creo que esto es uno de tales ejemplos", ha dicho el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.
"La pregunta principal es si Surovikin sabía o coordinó/participó en la preparación de la rebelión", ha escrito en Telegram Tatiana Stanovaya, fundadora del think tank R.Politik." Bueno amigos, mirad el motín en sí: sin objetivos políticos claros –más que conseguir que Putin haga caso y proteja a Wagner–, sin preparación normal, sin idea de que el camino a Moscú estaría abierto y llevaría a una muerte segura.... ¿En qué hay que involucrarse? ¿En el intento desesperado de Prigozhin por salvar a Wagner?". Por otro lado, creo que Surovikin puede haber simpatizado, puede haberlo sabido. Pero eligió claramente ponerse del lado del Estado en el momento oportuno".
La analista cree que entre los simpatizantes de Prigozhin había militares, pero "sería más correcto decir descontentos con Shoigú y Putin". "Tengo la fuerte sospecha de que el principal beneficiario de toda esta historia es, curiosamente, Shoigú. Prigozhin y Wagner han sido eliminados, (...) ahora puede ocuparse de las filas de su propio Ejército".