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El expresidente de la Comisión Europea se revuelve contra el viraje hacia la extrema derecha del Partido Popular Europeo

El expresidente de la Comisión Europea se revuelve contra el viraje hacia la extrema derecha del Partido Popular Europeo

El expresidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, lanza una advertencia a su partido, el Partido Popular Europeo (PPE) y a su sucesora, Ursula von der Leyen: “Sería una buena idea que el PPE se mantuviera bien alejado de la deriva derechista general. Y también advertiría contra cualquier coalición formal con partidos de extrema derecha”. Es el mensaje que el político luxemburgués, de la familia popular con el centrista Partido Popular Social Cristiano (CVS), envía a sus compañeros de filas, que han abierto de par en par las puertas de la extrema derecha en el futuro reparto del poder de la UE y han endurecido sustancialmente sus posiciones en asuntos como la migración.

“He notado un giro a la derecha dentro del PPE, contra el que lucho. Quien se inclina demasiado a la derecha corre el riesgo de caerse por la ventana”, señala Juncker en una entrevista en el Luxemburger Wort: “Si los partidos tradicionales empiezan a hablar como los populistas de la derecha, las fronteras entre los partidos populares establecidos y la extrema derecha se difuminarán. Incluso en la percepción pública. La democracia sólo puede salir perdiendo”.

Juncker, que presidió la Comisión Europea entre 2014 y 2019 y antes fue primer ministro de Luxemburgo durante casi dos décadas, no descarta que Von der Leyen salga elegida con los votos de la extrema derecha de ECR (el grupo del que forman parte Vox o los Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni), pero desliza que lo normal es que lo hiciera sin llegar a acuerdos concretos con ellos sino porque se identifiquen con su programa, como le ocurrió a él hace diez años en el caso de algunos eurodiputados verdes o de La Izquierda.

El político luxemburgués también se revuelve contra la normalización que formaciones de su familia política, entre ellos Von der Leyen, pero antes el jefe del PPE, Manfred Weber, y ahora también Alberto Núñez Feijóo, hacen de Meloni. “Tengo que admitir que, contra todo pronóstico, el partido de Giorgia Meloni está adoptando una línea bastante proeuropea. Pero también hay que tener en cuenta lo que decían los partidos antes de llegar al poder. Y también la visión de la humanidad que representan. Esto no puede descartarse de plano”, afirma.

Juncker, bajo cuyo mandato se planteó el reparto obligatorio de cuotas de refugiados en plena crisis migratoria por la guerra en Siria, también cuestiona el endurecimiento de la posición del PPE a ese respecto en plena competición con la extrema derecha. Aunque asegura que la política migratoria es la que ha quedado negro sobre blanco en el pacto migratorio -que ya de por sí supone un endurecimiento en las condiciones para el asilo y permite el pago por rechazo de refugiados-, carga contra la posibilidad de que su partido defienda el 'modelo Ruanda' implementado en Reino Unido, que permite expulsar a los solicitantes de asilo a terceros países mientras se resuelven sus peticiones, y que figura en su programa electoral. “No me gusta. Preferiría que los procedimientos de asilo se llevaran a cabo allí donde llegas. De lo contrario, da la impresión de que se hace todo lo posible para mantener a los refugiados lo más lejos posible de las fronteras europeas”, explica.

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