La expresidenta de Brasil Dilma Rousseff ha pedido a los partidos políticos españoles, a los sindicatos y a la sociedad civil, solidaridad para apoyar la liberación del exmandatario encarcelado Lula da Silva y ha acusado al actual Gobierno de Jair Bolsonaro de manipular la verdad.
"Lula es inocente... En esta democracia la primera víctima es la verdad", ha afirmado durante su participación en los actos conmemorativos del 130 aniversario de la UGT en Madrid, donde ha protagonizado un acto de apoyo a Lula da Silva.
Rousseff ha agradecido el apoyo del sindicato y de su secretario general, Pepe Álvarez, que irá el 10 de octubre a visitar a la cárcel al líder brasileño y ha recalcado que "Lula hoy representa un sueño de otro mundo que es posible".
La expresidenta de Brasil ha insistido en que Bolsonaro, ante un posible regreso de Lula da Silva al poder, ha sido partícipe de un golpe de Estado encubierto, "sin tanques en las calles", pero "atacando progresivamente la democracia, el sistema de Justicia y el sistema parlamentario".
"Estamos viviendo un patrón diferente de golpe de Estado. Tiene otra forma de acción", ha incidido al tiempo que ha alertado de que Brasil vive un momento donde emerge el neofascismo y la agenda neoliberal.
Ha criticado que el nuevo Ejecutivo no quiera un Estado que proteja los derechos de los trabajadores y se dedique a hacer "duras" reformas laborales y ha "desnacionalizar" las empresas públicas.
En este sentido, Rousseff ha acusado a Bolsonaro de querer vender Petrobras, "la joya de la corona de Brasil" que -en su opinión- consiguió producir con tecnología propia y extraer petróleo de alta calidad durante su mandato y el de Lula.
Ha dicho que la "gran trampa" en la que está metida Brasil es que "no hay pauta neoliberal sin un gobierno neofascista" y ha considerado a la extrema izquierda y a la extrema derecha como "hermanos siameses".
Rousseff también ha acusado a Bolsonaro de destruir la Amazonía de forma "deliberada" para "entregar su madera" y ha recordado que "Brasil sin la Amazonía no es Brasil".
Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, que ha clausurado las jornadas de aniversario de UGT ha señalado que al Ejecutivo sí le "inquieta el avance de los discursos de la ultraderecha en cualquier lugar del mundo, también en Brasil".
Ha deseado a la expresidenta Rousseff "mucha suerte y mucho ánimo para el trabajo que hace en su país" y ha considerado que en ocasiones "hay posiciones que son retrógradas y nos llevan hacia atrás".