Un ataque aéreo israelí ha matado a al menos 141 palestinos y ha causado 400 heridos, varios de ellos en estado crítico, en la zona de Al Mawasi, al sur de la franja de Gaza, según ha informado el Ministerio de Sanidad gazatí.
Al Mawasi es una “zona humanitaria” densamente poblada, en la que se refugian miles de personas que huyen de la ofensiva israelí.
Israel asegura que el ataque estaba específicamente dirigido contra uno de los máximos líderes de Hamás, Mohammed Deif. Deif, comandante de las Brigadas al Qasam, el brazo armado de la milicia islamista, lleva años en la lista de los más buscados por Israel. El gobierno israelí le responsabiliza de planear y ejecutar numerosos ataques terroristas, entre ellos el atentado del pasado 7 de octubre.
Según han informado a EFE varios funcionarios israelíes, el dirigente de Hamás se encontraba en una zona vallada y controlada por el grupo islamista, donde presuntamente se escondía junto a un gran número de milicianos. Entre ellos, Rafaa Salameh, otro comandante de la brigada buscado por Israel.
La milicia islamista ha negado que el ataque israelí tuviera como objetivo a líderes del grupo, y ha acusado al gobierno israelí de excusarse en la necesidad de acabar con el liderazgo de la milicia para cometer “masacres”. “Esta no es la primera vez que la ocupación asegura atacar a líderes palestinos, y después resulta que ha mentido. Estas falsas alegaciones se usan para tratar de encubrir la escala de la horrible masacre”, ha respondido Hamás en un comunicado.
Mientras, el personal sanitario del hospital Nasser —cercano a la zona del incidente y uno de los pocos que continúa en funcionamiento en el enclave palestino— denuncian que el hospital “ya no puede funcionar”. Los médicos aseguran que están “abrumados” y no son capaces de brindar asistencia sanitaria ante el gran número de víctimas provocadas por el bombardeo y la grave escasez de suministros médicos por el bloqueo israelí.
Uno de los dirigentes de Hamás, Abu Zuhri, ha comunicado a Reuters que este ataque demuestra que Israel “no está interesado” en llegar a ningún tipo de acuerdo de alto el fuego en la Franja. “Todos los mártires son civiles y lo que ha ocurrido es una grave escalada de la guerra y el genocidio, respaldados por el apoyo estadounidense y el silencio internacional”, ha declarado el mando de Hamás a la agencia.
Desde el inicio del conflicto el pasado 7 de octubre han muerto 38.584 personas por la ofensiva israelí en Gaza, y 88.881 han resultado heridas, según el último recuento del Ministerio de Sanidad de Gaza.
Israel defiende el ataqueEl Ejército israelí ha defendido su ataque. “Estábamos atacando a terroristas. Estábamos atacando a los comandantes de Hamás de mayor rango, que fueron cabecillas de los ataques del 7 de octubre”, ha dicho un funcionario israelí en un encuentro con la prensa, sin entrar a valorar las cifras de víctimas publicadas en las últimas horas por las autoridades palestinas. Los militares israelíes han insistido en que el lugar atacado era un complejo de Hamás ubicado en una zona abierta, rodeado de árboles y edificios, y no en las tiendas de campaña de Mawasi, donde residen los miles de desplazados. Según el Ejército, en el complejo se había escondidos un gran número de milicianos.
El ataque ha comprendido al menos cinco misiles que, según fuentes palestinas a periodistas del medio Al Yazira, han alcanzado tiendas de campaña y una planta de desalinización en la glorieta de Al Nus. Este es el extremo que niegan las Fuerzas de Defensa de Israel, que describen como un ataque de precisión contra un domicilio, aunque admiten que se encontraba en medio de civiles.
El portavoz de la Presidencia de la Autoridad Nacional Palestina, Nabil Abu Rudeineh, ha culpado este sábado a la ayuda militar de Estados Unidos del ataque. Declaró que el Gobierno estadounidense “insiste en violar todas las resoluciones de legitimidad internacionales manteniendo su apoyo militar y financiero a esta ocupación, que comete masacres sangrientas contra nuestro pueblo cada día”, ha recogido la agencia oficial de noticias palestina, Wafa.
Mientras, Turquía ha condenado este sábado el bombardeo israelí que ha tildado de “intento de impedir las negociaciones de un alto el fuego” por parte del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Es “una fase del intento del Gobierno de Netanyahu” de perpetrar una “aniquilación masiva de los palestinos” ha señalado un comunicado del ministerio de Exteriores turco. Turquía aboga por un alto el fuego inmediato y duradero para proceder al establecimiento de un Estado palestino en las fronteras de 1967, vecino a Israel, con garantías de seguridad internacionales para ambos países.
Asimismo, Irán también lo ha condenado enérgicamente y calificó de “brutal” el ataque. “La masacre de cientos de palestinos inocentes expresa claramente la seria determinación del régimen de ocupación sionista (Israel) de continuar cometiendo genocidio contra la nación palestina”, ha denunciado el portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Naser Kananí, en un comunicado publicado en la red social X.
El ataque en Mawasi contra el 'número 2' de Hamás en Gaza ha surgido en un momento crítico para las negociaciones sobre un alto el fuego en el enclave que permita liberar al centenar de rehenes israelíes que todavía quedan en el asediado territorio palestino. El primer ministro israelí, Netanyahu, compareció este sábado por la noche para afirmar que “aún no había certeza absoluta” sobre la muerte de ambos comandantes de Hamás.
En medio de la especulación sobre si el grupo islamista pondrá fin a las conversaciones en respuesta al bombardeo, Izzat al Rasheq, un alto cargo político de la organización, ha dicho que Hamás no ha abandonado todavía la negociación, pero ha acusado a Netanyahu y a su Gobierno de tratar de “bloquear el camino para buscar un acuerdo”.