El primer ministro británico, Keir Starmer, arrancó su primera cumbre europea este jueves citando a Winston Churchill en el Palacio de Blenheim donde su antecesor al frente del Gobierno británico nació hace casi 150 años. Lo citó como defensor de la democracia y como fundador de la convención europea de derechos humanos, de la que Starmer subrayó que el Reino Unido no se saldrá como amenazaba el Gobierno conservador.
Starmer hablaba en un foro que incluye además de a la UE otra veintena de gobiernos e instituciones europeas, pero el interés del nuevo Gobierno laborista se centra sobre todo en mejorar la relación con la UE, con la repite quiere un “reset”, es decir, “volver a empezar”.
“Bajo mi liderazgo, el Reino Unido será un amigo y un socio. No somos parte de la Unión Europea, pero sí, y mucho, parte de Europa. No estamos centrados en las diferencias entre nosotros, sino en los valores que compartimos”, dijo.
Josep Borrell, el jefe de Política Exterior de la UE, que estaba en la reunión, agradeció el “nuevo tono” del Gobierno británico. “Estamos listos para reforzar nuestra cooperación en política de Exteriores y Seguridad”, dijo a la prensa. Borrell comentó que el nuevo Gobierno laborista ya ha señalado que quiere “una cooperación más estructurada con la UE”.
Líderes de la UE y otros gobiernos europeos posan delante del Palacio de Blenheim, en Woodstock, Inglaterra este viernes. Un foro informalLa Comunidad Política Europea es un foro informal creado para el encuentro de líderes europeos más allá de la UE, pero sin estructura, ni poderes y ni siquiera emisor de acuerdos conjuntos. La idea del presidente francés, Emmanuel Macron, surgió de la invasión rusa de Ucrania. La cuestión es si puede servir para algo más que una toma de contacto entre líderes europeos.
Para evitar la percepción de fracaso especialmente de la última reunión de la Comunidad Política Europea, que se celebró en Granada en octubre del año pasado, el Ministerio de Exteriores británico organizó grupos de trabajo más pequeños sobre asuntos concretos por la mañana: migración, energía y conectividad y la defensa de la democracia.
Ya que la cumbre no implica un comunicado conjunto ni ninguna decisión, cada líder podía dedicarse a hablar de lo que más le preocupaba para su audiencia doméstica. Starmer se unió al grupo de migración en busca de un pacto para desarticular bandas de tráfico de personas y más inversión en las raíces de la migración, como la pobreza, la crisis climática y la desigualdad global, según explicó. El presidente Pedro Sánchez participó en el grupo de la defensa de la democracia, centrada en la desinformación, según anunció a su llegada a Blenheim. El presidente español aseguró que sus propuestas pretenden “defender a los medios de comunicación de los que no lo son” y que los bulos “están socavando la convivencia y debilitando la democracia”.
Pero el principal origen y todavía motivo de ser de la Comunidad Política Europea es la guerra en Ucrania. Sánchez subrayó que todos los líderes ahí reunidos apoyan “sin fisuras” el plan de paz de Volodímir Zelenski, el presidente ucraniano, que fue presentado por Starmer en la reunión como “el verdadero defensor de la libertad europea”.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, el primer ministro británico, Keir Starmer, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz (de izquierda a derecha) delante de Blenheim Palace este jueves.“El nacimiento de la Comunidad Política Europea probablemente no se habría producido si no hubiera sido por la invasión rusa de Ucrania”, explicaba este miércoles Nathalie Tocci, directora del Instituto de Asuntos Internacionales de Roma, en una charla sobre la cumbre organizada por el think-tank UK in a Changing Europe. “En cierto sentido, sus dos fundamentos son más relevantes hoy que hace dos años y medio: una Europa más allá de la Unión Europea ahora que el Gobierno de Keir Starmer tiene voluntad de construir nuevos puentes… Y en lo que respecta a Ucrania, está bastante claro que las cosas no van muy bien y, por lo tanto, es necesario hacer más”.
La amenaza de TrumpUna de las grandes preocupaciones en esta cumbre son las elecciones en Estados Unidos y la posibilidad de una victoria de Donald Trump, con la consiguiente retirada de apoyo a Ucrania y al resto de Europa.
Como repiten gobernantes, funcionarios y expertos, la posibilidad de una victoria de Trump el 5 de noviembre complicará la situación para Ucrania y para el resto de Europa. Su elección de vicepresidente, el ultra J.D. Vance, que repite la visión de Vladímir Putin, ha inquietado todavía más a diplomáticos y mandatarios europeos.
David Lammy, el nuevo ministro de Exteriores británico, intentó relativizar este jueves las consecuencias de una posible victoria de Trump en una entrevista con la radio BBC4 en Blenheim. Lammy cree que hay “mucha retórica” y “mucha intensidad” por parte del aspirante a presidente y su vice, J.D. Vance, pero que es improbable la retirada total de apoyo a Ucrania y al resto de Europa.
Lammy dijo que se había reunido con varios republicanos, incluido el propio Vance hace dos meses, y que hay “muchos comprometidos con la relación transatlántica”.
El factor VanceVance aseguró tras la victoria laborista del 4 de julio en una conferencia conservadora que estaba hablando con amigo sobre “cuál es el primer país verdaderamente islamista que conseguirá un arma nuclear”. “Estábamos en plan, tal vez sea Irán, Pakistán ya cuenta más o menos, y al final decidimos que en realidad es el Reino Unido ya que el Partido Laborista ha ganado”, dijo.
Preguntado por estos comentarios, Lammy insistió en que encontrará “terreno común” con Vance. “He estado con él en varias ocasiones, compartimos el mismo origen de clase trabajadora con problemas de adicción en nuestra familia. Hemos escrito libros sobre ello. Hemos hablado de ello. Y los dos somos cristianos”, comentó el ministro británico. En otra entrevista, dijo que “no reconoce” la descripción del aspirante a vicepresidente de Estados Unidos sobre el Gobierno laborista.
La entrevistadora de la BBC le preguntó varias veces a Lammy sobre si se arrepentía de sus tuits críticos con Trump en 2019, pero el ministro sólo citó otros casos de críticas, como las de su antecesor David Cameron, y el propio Vance. Sin desdecirse de sus críticas a Trump, Lammy comentó que ahora tiene el papel de velar por “el interés común”, distinto del que tenía en la oposición, y se toma esa responsabilidad “muy en serio”.