Entre banderas y pancartas, una multitud se ha congregado a mediodía bajo un reluciente sol en la Plaza de la República de París, la meca de las protestas de la izquierda en la capital francesa, para exigir el nombramiento de un gobierno del Nuevo Frente Popular (NFP), la alianza progresista que se impuso como primera fuerza parlamentaria en las pasadas elecciones legislativas.
La manifestación responde al llamamiento de varias organizaciones, entre ellas sindicatos como la CGT y colectivos como Attac o la Liga de Derechos Humanos, que han convocado movilizaciones este jueves en la capital francesa y el resto del país –unas 50, según apuntan algunos medios locales– para mantener “la presión popular” para que se materialice un ejecutivo progresista.
Las movilizaciones coinciden con la constitución de la nueva Asamblea Nacional surgida de las elecciones del 30 de junio y 7 de julio. El primer reto para los partidos será elegir un presidente y a la mesa. Los distintos grupos han presentado seis candidatos a la presidencia, y quien tiene por ahora más apoyos es el veterano diputado André Chassaigne, candidato común de Nuevo Frente Popular (NFP), formado Francia Insumisa, el Partido Socialista, los ecologistas y los comunistas. Está previsto que la votación comience a partir de las 15:00 horas.
Líderes de la coalición de izquierdas han acusado al presidente Emmanuel Macron de sembrar el “caos” en la escena política por intentar evitar nombrar un primer ministro de la izquierda, el bloque con más diputados en las recientes elecciones, a raíz de las declaraciones de ministros tras la última reunión del Gobierno en las que indicaban que el mandatario apuntó a una hipotética coalición de su bloque centrista-liberal con los conservadores del partido Los Republicanos (LR).
En la misma línea se han expresado los convocantes de la movilización este jueves. “Tras la disolución de la Asamblea Nacional, la sociedad civil se movilizó para impedir la llegada al poder de la extrema derecha. Acogió con profundo alivio las retiradas republicanas que esperaba y el éxito, aunque relativo, de las fuerzas democráticas. Desde entonces, el presidente de la República ha cuestionado repetidamente la victoria del Nuevo Frente Popular, que se impuso en las elecciones legislativas anticipadas”, reza el comunicado de las organizaciones. “Contrariamente a la práctica democrática, ha expresado su deseo de imponer una coalición en la que su antigua mayoría sería el eje, y se ha negado a considerar la formación de un gobierno acorde con la elección del electorado”.
El presidente francés, añaden en el texto, “está obligado a respetar el resultado de las urnas”. “Nosotros, sindicatos, asociaciones y colectivos, que hemos decidido participar activamente en el destino institucional y social del país, como siempre fue el caso antes del abierto desprecio de Emmanuel Macron por los cuerpos intermedios, constatamos que una vez más se resiste respetar las reglas”.
Los convocantes sostienen que los comicios marcaron “la desautorización de las políticas neoliberales aplicadas brutalmente por Emmanuel Macron en favor de los más ricos y de los jefes de las grandes empresas, en detrimento de los trabajadores y trabajadoras”, unas medidas “que son el combustible” para la extrema derecha.
“La aplicación de una política social, ecológica, feminista y antirracista es la única salida a esta crisis política e institucional. Al otorgar un mayor número de diputados a los grupos del Nuevo Frente Popular, las urnas han expresado el deseo de los ciudadanos de que se apliquen medidas que rompan con las políticas injustas y desiguales”, agregan.
Mientras las familias del Nuevo Frente Popular siguen sin ponerse de acuerdo sobre la candidatura que quieren proponer para el puesto de primer ministro, las organizaciones también apelan a las fuerzas progresistas, a las que piden que permanezcan “unidas para apoyar y encarnar esta alternativa”. “Tras una movilización histórica en la que el movimiento social ha desempeñado plenamente su papel, no deben fracasar y proponer un gobierno que aplique medidas de urgencia”, entre las que mencionan el aumento de los salarios, la derogación de la impopular reforma de las pensiones, la retirada la ley de inmigración o la adopción de una ley marco sobre la violencia machista.