Israel prometió responder "con dureza" al ataque lanzado desde Líbano que mató a 12 niños y del que acusa a la milicia Hizbulá. El grupo armado niega su responsabilidad
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Al menos una mujer ha muerto y 68 personas más han resultado heridas, algunas de ellas se encuentran en estado crítico, por el ataque lanzado este martes por Israel contra los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye, un importante bastión del grupo chií Hizbulá, según diversas fuentes.
La Agencia Nacional de Noticias (ANN) libanesa ha informado de una mujer muerta y un número indeterminado de heridos que fueron trasladados a tres hospitales de la capital libanesa, mientras que una fuente cercana a Hizbulá ha confirmado a EFE que al menos 68 personas sufrieron heridas.
“Diversos heridos fueron trasladados” a al menos tres hospitales de la capital libanesa, y las ambulancias y coches de bomberos se han dirigido a la zona de Haret Hreik, según la agencia.
El bombardeo en la capital libanesa ha sido una operación dirigida contra el “comandante responsable del asesinato de niños en Majdal Shams”, en referencia al ataque que Israel atribuye a Hizbulá —y que la milicia niega— el sábado en esa ciudad drusa de los Altos del Golán en el que murieron 12 menores.
La acción israelí de este martes se ha llevado a cabo con una aeronave no tripulada que lanzó tres cohetes contra el edificio llamado Al Rabiaa, “que era el objetivo del bombardeo hostil en los alrededores del Hospital Bahman”, de acuerdo con la fuente. Este edificio, según la ANN, “se vino abajo”, sin que se sepan más detalles sobre cuáles eran los objetivos de esta acción israelí.
Una fuente de seguridad libanesa que pidió el anonimato confirmó a EFE que una explosión sacudió los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye, un importante bastión de Hizbulá, mientras que otra cercana al grupo chií apuntó que el objetivo fue un edificio residencial.
“No hay cambios en las directivas del comando central”, indica un comunicado castrense israelí sobre el ataque en Beirut, dirigido a un comandante de Hizbulá, cuya identidad no se ha revelado, que también es responsable de haber “matado a muchos civiles israelíes”.
Israel prometió responder “con dureza” a este ataque provocado por el impacto de un cohete cargado con 50 kilos de explosivo —de fabricación iraní y que solo figura en el arsenal de Hizbulá, según Israel—. El cohete impactó en un campo de fútbol donde jugaban niños y adolescentes, matando a 12, todos ellos entre 10 y 16 años. Otros 16 menores heridos en ese ataque siguen hospitalizados, siete en estado grave.
“La respuesta llegará pronto y será dura”, advirtió Netanyahu el lunes en una visita a Majdal Shams, ciudad drusa en los Altos del Golán ocupados por Israel desde 1967, después de que el gabinete de seguridad le diera luz verde para decidir la forma y el momento de la represalia contra Hizbulá.
La Oficina del Primer Ministro difundió una foto de Netanyahu, reunido con la cúpula militar y su asesor de seguridad, Tzagi Hanegbi , en el que se le ve atendiendo una llamada de teléfono, pero sin aportar más información. “Hizbulá cruzó una línea roja”, escribió el sábado en X el ministro de Defensa, Yoav Gallant, minutos después del ataque.
El cruce de fuego entre las partes, incesante desde octubre, tampoco se ha detenido estos días a la espera de esa represalia anunciada por Israel desde el sábado. Los choques transfronterizos se han cobrado la vida de más de 560 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hizbulá, que ha confirmado unas 355 bajas, algunas en Siria; además de un centenar de civiles. En Israel han muerto 46 personas en el norte: 22 militares (5 en accidentes operativos) y 25 civiles, incluidos los 12 niños y adolescentes en el ataque de Majdal Shams y otro hoy mismo.
Esta madrugada, Israel atacó diez objetivos de Hizbulá en varias regiones del Líbano, matando a otro combatiente del grupo; mientras que la milicia chií lanzó varias andanadas de cohetes hacia el norte, matando a un civil israelí.
La comunidad internacional, especialmente EEUU, está mediando para que la respuesta sea contenida y no desemboque en una guerra abierta en la frontera entre Israel y Líbano, que vive su mayor pico de tensión desde 2006, cuando el Ejército israelí y Hizbulá ya libraron una guerra.
Israel asegura que desde el 8 de octubre, Hizbulá ha lanzado “en solidaridad con las milicias palestinas de Gaza” más de 6.400 cohetes a territorio israelí y 340 drones explosivos; mientras que el Ejército israelí ha respondido con intensos bombardeos a esos ataques.