Las tropas israelíes continúan este jueves sus operaciones en las localidades de Yenín y Tulkarem, mientras que se han retirado de Tubas, en la mayor incursión en la Cisjordania ocupada desde la segunda intifada palestina (2000-2005).

En Tulkarem, las fuerzas israelíes continúan cercando el campo de refugiados de Nur Shams, el principal objetivo de la operación en esa zona, y han irrumpido y registrado las viviendas, así como interrogado a los residentes, según Wafa. El presidente de la Sociedad de Prisioneros Palestinos en Tulkarem ha dicho a Wafa que decenas de personas han sido detenidas desde el comienzo del ataque israelí contra la localidad y el campos de refugiados.

Por su parte, el Ejército israelí ha dicho en un comunicado que ha matado a cinco “terroristas que se habían escondido dentro de una mezquita” de Nur Shams. Según el Ejército, uno de ellos era el cabecilla de la “red terrorista” del campo de refugiados, quien había estado involucrado en “numerosos ataques terroristas”.

Desde Nueva York, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha responsabilizado a Israel por la “situación explosiva” en Cisjordania. “Estos acontecimientos peligrosos están alimentando una situación ya explosiva en la Cisjordania ocupada y están socavando aún más a la Autoridad Palestina”, ha alertado en un comunicado firmado por el portavoz Stéphane Dujarric. El secretario general ha pedido el cese inmediato de las operaciones israelíes y ha exigido a Israel que adopte medidas para proteger a los civiles y permita el acceso de los heridos a la atención médica.

El miércoles, la Media Luna Roja Palestina denunció que las tropas israelíes estaban bloqueando el acceso de las ambulancias a las localidades atacadas y cercadas, imposibilitando la evacuación de los heridos.

Desde el comienzo de la guerra en Gaza, la violencia se ha disparado también en Cisjordania, donde han muerto más de 660 palestinos en menos de once meses.