El líder opositor venezolano pidió asilo al Gobierno español y aterrizó en Madrid este domingo. "Mi compromiso no se basa en una ambición personal, está decisión es un gesto que tiende la mano a todos y espero que como tal sea correspondido", afirma en un comunicado público
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Edmundo González Urrutia ha hablado por primera vez desde que llegó este domingo a Madrid.
“Lo he hecho pensando en mi familia y en todas las familias venezolanas en este momento de tanta tensión y angustia, lo he hecho para que cambien las cosas y construyamos una etapa nueva para Venezuela”, afirma: “Saben que siempre he defendido los valores democráticos de paz y libertad. Mi compromiso no se basa en una ambición personal, está decisión es un gesto que tiende la mano a todos y espero que como tal sea correspondido”.
Edmundo González se reclama “incompatible con el resentimiento”, y añade: “Solo la política del diálogo puede hacernos reencontrarnos como compatriotas. Solo la democracia y la realización de la voluntad popular puede ser el camino para nuestro futuro como país y en ello seguiré comprometido. Pienso ante todo en las personas privadas de libertad que me han apoyado. Su libertad es para mí la gran prioridad, una exigencia irrenunciable”.
González, termina, así mismo, con un reconocimiento a la líder de la derecha venezolana: “Quiero reivindicar el trabajo y el esfuerzo de María Corina Machado quien lideró este proceso electoral y de la Plataforma Unitaria por su trabajo y empeño”.
Antes de poner rumbo a la base militar de Torrejón de Ardoz, donde aterrizó a primera hora de la tarde del domingo tras hacer sendas escalas en República Dominicana y Azores, el candidato de la oposición a Nicolás Maduro en las elecciones del pasado 28 de julio llevaba dos días –desde el 5 de septiembre– en la residencia del embajador español en Venezuela, Ramón Santos. Antes había sido la representación diplomática de Holanda en el país latinoamericano la que le había dado cobijo.
Edmundo González permaneció en las dependencias de la sede diplomática holandesa más de un mes, después de que la situación se caldeara una vez que la autoridad electoral venezolana proclamó la victoria de Maduro. La última vez que apareció en público fue el 30 de julio, dos días después de las elecciones en una manifestación ante la sede de la ONU en Caracas.
La oposición denunció un “fraude” y mantiene desde la misma fecha electoral que las actas de que disponen acreditan que González se impuso mientras la comunidad internacional exige a Venezuela que publique la totalidad de esos documentos. Estados Unidos y algunos países latinoamericanos, como Argentina o Uruguay, reconocieron a González como vencedor mientras que la UE mantiene la presión antes de pronunciarse explícitamente sobre los resultados que, en cualquier caso, no reconoce.
Una salida acordadaA finales de agosto, la Fiscalía citó al exdiplomático a declarar como investigado por delitos de conspiración, usurpación de funciones e instigación a la desobediencia. La negativa a presentarse en dependencias judiciales en las tres convocatorias hizo que la Fiscalía solicitara una orden de detención el pasado 3 de septiembre.
Para entonces los contactos con altos mandos del Gobierno de Maduro para facilitar el exilio del candidato opositor ya habían comenzado con la intermediación de Zapatero, después de que la oposición venezolana recurriese al expresidente español para evitar un proceso contra González que tenía como destino más probable su encarcelación. Las fuentes consultadas aseguran que el silencio que ha mantenido el expresidente español sobre lo sucedido en Venezuela desde las elecciones tiene que ver con preservar esa capacidad de negociación, pues es uno de los pocos dirigentes que puede dialogar al mismo tiempo con la oposición venezolana y el entorno de Maduro.