No sólo fue una llamada telefónica al presidente de Ucrania para que le ayudase a minar la reputación del demócrata Joseph Biden. Según publica The New York Times, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también llamó al primer ministro australiano, Scott Morrison, para que ayudase al Fiscal general de EE UU a frenar la investigación del Fiscal especial Robert Mueller sobre la influencia de Rusia en las elecciones que le dieron el poder al multimillonario estadounidense.

Las fuentes citadas por el rotativo neoyorquino son dos funcionarios "con conocimiento de la llamada telefónica". Los demócratas abrieron la semana pasada el procedimiento de destitución (impeachment) de Trump por usar la diplomacia de EE UU en beneficio propio.

Para ello se basaban en la llamada al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.

La revelación de una nueva llamada a un mandatario extranjero, en este caso al primer ministro australiano y de nuevo en beneficio político de Trump, suma una nueva prueba para el proceso de destitución.

En concreto, Trump pretendía que Morrison ayudase al Fiscal General de EE UU, William P. Barr, ha indagar en los orígenes de la investigación de otro Fiscal, en este caso Robert Mueller, nombrado de manera extraordinaria para examinar las relaciones entre el Kremlin y el aparto de campaña de Trump en las elecciones de 2016.