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¿Por qué necesitamos imponer un embargo de armas a Israel?

¿Por qué necesitamos imponer un embargo de armas a Israel?

Está muy bien que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, inste a la comunidad internacional a que deje de venderle armas a Israel, pero sería aún mejor instar a un embargo completo y empezar por hacerlo en casa

Almodóvar, Coixet, Rozalén, Alba Flores, Botto y 300 personas de la cultura piden a Sánchez un “embargo integral” de armas a Israel

Durante los últimos días hemos podido ver cómo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, instaba a la comunidad internacional a ponerle fin a la venta de armas a Israel “como ya ha hecho España”, afirmando que “sin armas no hay guerra”.

Yo no puedo estar más de acuerdo con esta afirmación, pero, ¿ha dejado España de vender armas a Israel realmente? Y, aunque así fuera, ¿es esta una medida de presión efectiva ante la magnitud de la situación con la que nos encontramos? ¿Qué pasa con el resto de relaciones comerciales como la compra  o el tránsito de barcos con armas con destino a Israel por nuestro territorio?

Para poder responder a estas preguntas quizá sea necesario entender un poco mejor cómo funciona el oscuro negocio del comercio de armas y cuáles son las relaciones en materia militar y de seguridad entre España e Israel que, alerta spoiler, no se han visto alteradas en su conjunto en el último año.

Tal como recoge el informe publicado por el Centre Delàs, las relaciones militares entre España e Israel no se limitan sólo a la compra y a la venta de armamento. Estas relaciones incluyen también la adjudicación de contratos públicos a empresas israelíes, la colaboración entre empresas de ambos estados y los programas de cooperación bilateral o multilateral en materia de inteligencia y seguridad. Es cierto que la venta parece la forma más directa de asistencia al genocio en curso, pero ésta es sólo una parte de las relaciones militares y de hecho, en el caso de España, la más pequeña de las mismas.

A día de hoy no tenemos datos oficiales que permitan conocer el nivel de exportaciones por parte de nuestro país a Israel después del 7 de octubre. El informe de exportaciones de material de defensa del año 2023 aún no se ha publicado y sólo disponemos de los datos del primer trimestre que muestra que España exportó armas a Israel por valor de 713,397 euros en las categorías 4 (bombas, torpedos y cargas explosivas) y 5 (sistemas de dirección de tiro).

Según el portal DataComex, que ofrece datos menos precisos porque no recoge todas las categorías que se desglosan en el informe de exportaciones de defensa, sabemos el monto total de exportaciones de España a Israel en la categoría 93 “Armas y municiones” ha sido de 1.607.049 euros. No sabemos si esas exportaciones se han producido antes o después del 7 de octubre, pero en el mismo portal podemos ver que en el 2024 también se han exportado armas a Israel por valor de 529€. ¿Son 529 euros suficientes para mantener un genocidio? Obviamente, no. Pero lo que indica este dato es que España hasta la fecha no cuenta con una política real y sistemática de fin a la venta de armas a Israel. Lo que tenemos son declaraciones y actos políticos y en un Estado de Derecho, estas decisiones se sustentan con actos administrativos que hasta la fecha, no se han producido. Creer, por tanto, las palabras del presidente Sánchez al respecto, es casi casi un acto de fe. 

Una vez resuelta nuestra primera incógnita sobre si España vende o no armas a Israel, me gustaría volver a la segunda pregunta que planteaba al comienzo de este artículo, sobre sí la venta de armas es la respuesta que necesitamos ante un drama de tal envergadura. No pretendo listar todas las atrocidades cometidas por el ejército de Israel en el último año, sólo con mirar las noticias de los últimos días con personas quemadas vivas en los sótanos de un hospital, la invasión terrestre y el despliegue de las políticas genocidas de Israel en el Líbano o el ataque a los cuarteles de UNIFIL, deberían ser motivos más que suficientes para decretar un embargo completo a Israel. 

Cuando hablamos de embargo, hablamos de un concepto jurídico claramente definido que implica cortar todas las relaciones armamentísticas y de seguridad con un país por un motivo y un tiempo concretos. Es un tipo de sanción prevista por Naciones Unidas para contribuir al mantenimiento de la paz y que se ha usado en numerosas ocasiones para tal fin, como en Afganistán contra el régimen Talibán, en la República Centroafricana o en Sudáfrica, dónde supuso una medida clave para acabar con el apartheid. 

La venta de armas a Israel no es suficiente ni puede ser el techo de nuestras demandas porque es precisamente la compra de estos materiales lo que está haciendo que Israel siga masacrando impunemente al pueblo palestino y ahora al libanés. 

La industria militar israelí es una pieza clave de la maquinaria genocida del Estado de Israel. Industria que desarrolla en masacres como la de Gaza, que lleva refinando desde hace décadas con régimen de apartheid impuesto al pueblo palestino y que luego vende a Gobiernos como el nuestro, bajo la marca “Probado en Combate”. Este negocio de la guerra no sólo les permite abaratar sus costes de producción si no que además, les genera grandes rendimientos económicos que ayudan a sostener este régimen colonial, genocida y de apartheid. Los crímenes cometidos durante los últimos meses han alcanzado tal grado de magnitud, tal grado de crueldad y barbarie que casi han conseguido invisibilizar las gravísimas vulneraciones de derechos que Israel llevaba perpretando contra el pueblo palestino desde hace décadas sostenidas, entre otras, gracias al mantenimiento de su industria militar y de seguridad. 

Mantener relaciones militares con Israel es mantener un sistema construido sobre la represión y la opresión sistemáticas. Comprarle armas a Israel es comprar un sistema de seguridad construido sobre flagrantes vulneraciones de derechos humanos y éste, el rechazo a un modelo de seguridad inhumana, debería ser un motivo suficiente para imponer un embargo total de armas a Israel. 

Sin embargo, nuestro Gobierno ha adjudicado contratos a empresas armamentísticas israelíes por valor de 1.027 mill de euros desde el 7 de octubre y argumentan que un embargo total no es posible porque nuestra seguridad depende de estas relaciones. Esto no puede ser un motivo, sino un problema colectivo que debemos abordar lo antes posible si no queremos dejar enterrados bajo los escombros de Gaza nuestros valores como humanidad. 

La lista de motivos éticos, humanos, políticos y legales para imponer un embargo de armas completo a Israel es interminable. Está muy bien que el señor presidente inste a la comunidad internacional a que deje de venderle armas a Israel, sería aún mejor instar a un embargo completo y empezar por hacerlo en casa. Este artículo está plagado de argumentos para ello ¿les falta alguno? Denos, si lo encuentran, un sólo motivo para no hacerlo, pero háganlo rápido porque ya vamos, al menos, 43.000 vidas tarde. 

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