La metedura de pata del expresidente pone a los demócratas en un aprieto en pleno acto central de Kamala Harris mientras da algo de oxígeno a los republicanos a una semana de las elecciones
Harris hace el retrato más oscuro de Trump desde donde instigó el asalto al Capitolio: “EEUU no es para aspirantes a dictador”
La polémica en torno a los comentarios racistas sobre los puertorriqueños del humorista Tony Hinchcliffe ha acabado derivando en un choque entre la Casa Blanca y la campaña de Donald Trump sobre si el presidente, Joe Biden, ha insultado o no a sus seguidores.
“El otro día, un orador en su mitin llamó a Puerto Rico una 'isla flotante de basura”, ha arrancado Biden y, a partir de aquí, ha empezado el actual problema. “Son personas buenas, decentes y honorables. La única basura que veo flotando por ahí son sus partidarios. Su demonización de los latinos es inconcebible y antiestadounidense”, seguía Biden con voz ronca y con algunos tartamudeos que entrecortaban las frases.
La campaña de Trump, que se encuentra arrinconada por el malestar que han generado los chistes racistas con un grupo de electores clave como son los latinos, ha encontrado en estos 16 segundos de vídeo la distracción perfecta. Uno de los primeros en retuitear el vídeo y compartirlo ha sido, como no, Elon Musk.
La campaña de Trump también ha enviado un mensaje de texto a sus seguidores diciendo: “El jefe de Kamala Joe Biden acaba de llamar a todos mis seguidores basura!”.
Inmediatamente, la Casa Blanca ha salido a matizar las palabras de Biden. “El presidente se refería a la retórica de odio en el mítin del Madison Square Garden como basura”, decía Andrew Bates en un comunicado. Poco después, el mismo Biden publicaba en Twitter una aclaración sobre el comentario. “Hoy mismo me referí a la retórica odiosa sobre Puerto Rico que profirió el partidario de Trump en su mitin en el Madison Square Garden como basura, que es la única palabra que se me ocurre para describirla. Su demonización de los latinos es inconcebible. Eso es todo lo que quería decir. Los comentarios en ese mitin no reflejan quiénes somos como nación”, ha escrito el mandatario.
Las declaraciones del presidente, y la discusión sobre a quién se referían, suponen un balón de oxígeno que los republicanos no dudaran en usar. Mientras que los demócratas se encuentran con un nuevo problema a menos de una semana de las elecciones. Harris se ha pasado toda la campaña construyendo un relato en el que ha extendido la mano a los seguidores de Trump y en ningún momento ha querido atacarlos.
La estrategia parte del error que aprendieron los demócratas en 2016 con Hilary Clinton, quien se refirió a los seguidores de Trump como “deplorables”. Unas declaraciones por las que la demócrata después tuvieron que disculparse y le salieron muy caras. Ahora, con la metedura de pata de Biden, el temor de que se repita la misma situación está sobre la mesa.
Los lapsus y las meteduras de pata de Biden no son nada nuevo. En los últimos años, cada vez se habían vuelto más frecuentes y de hecho fueron estos los que desencadenaron todas las presiones para que acabara dimitiendo como candidato presidencial. Aunque incluso con Biden fuera de la carrera electora, parece que los demócratas no pueden escapar de este tipo de polémicas.