Un año después del brutal asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, la sociedad estadounidense y el mundo entero han cuestionado la falta de contundencia con Arabia Saudí del presidente de EE.UU., Donald Trump, que ha dado más importancia a su alianza estratégica con la corona que a la preservación de los derechos humanos.
Organizaciones internacionales, periodistas y hasta el Congreso estadounidense han criticado que Trump haya mantenido una buena relación con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, acusado por la CIA y la ONU de haber tenido un rol principal en el asesinato de Khashoggi y con quien el inquilino de la Casa Blanca ha posado sonriendo en varias ocasiones desde entonces.
En vez de señalar la responsabilidad de Bin Salman y actuar en consecuencia, tanto Trump como el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, han subrayado la "importancia estratégica" de Arabia Saudí en Oriente Medio, tanto a nivel militar como comercial. Pero ¿A qué precio?
La LIBERTAD DE PRENSA, EN ENTREDICHO
"El Gobierno de Trump se ha comportado de una manera verdaderamente vergonzosa, dejando a un lado los principios de libertad de prensa y democracia que dice promover a nivel mundial solo para proteger a un aliado militar y comercial", lamenta en declaraciones a Efe Elías López, editor de la sección de opinión del diario The Washington Post, en la que Khashoggi publicaba sus columnas críticas contra la corona saudí.
Para López, la postura de Trump de "proteger" al príncipe Bin Salman "no solo es una mancha para Estados Unidos, sino que también crea un espacio para que otros líderes autoritarios acosen y silencien a sus críticos sin enfrentar consecuencias".
EL CONGRESO DE EE.UU. FRENTE A TRUMP
Ante la falta de firmeza de Trump, el Congreso estadounidense aprobó en abril una resolución para que EE.UU. retirara el apoyo militar que brinda a Arabia Saudí en la guerra del Yemen, después de la polémica generada por la muerte de Khashoggi, y trató de poner fin a la venta de armas a ese país.
De hecho, tanto demócratas como republicanos coincidieron en la importancia de distanciarse de Bin Salman tras el escándalo.
Sin embargo, Trump vetó la resolución del Legislativo y la calificó de "innecesaria" y de ser "un intento peligroso de debilitar" sus autoridades constitucionales. Además, maniobró para saltarse la autorización necesaria del Senado para seguir vendiendo armas a Arabia Saudí.
OÍDOS SORDOS A LAS CONCLUSIONES DE LA CIA Y LA ONU
Desde el asesinato de Khashoggi en el consulado saudí en Estambul, la CIA y la ONU han determinado en sendas investigaciones que Bin Salman estuvo detrás del operativo que acabó con la vida del periodista y se encargó de hacer desaparecer su cuerpo.
"Trump no ha querido responsabilizarlo (a Bin Salmán) públicamente. Cínicamente, ha puesto los intereses comerciales por encima de la justicia", reflexiona López, compañero de Khashoggi en el Post.
UN CASTIGO TIBIO
El Gobierno de EE.UU. sancionó en noviembre a 17 saudíes, incluido uno de los exasesores más cercanos a Bin Salman, Saud al Qahtani, debido a su implicación en el "brutal" asesinato.
Algunos de los 17 sancionados trabajaban para la familia real en el momento del asesinato de Khashoggi, mientras que otros ocupaban puestos de responsabilidad en ministerios y oficinas del Gobierno.
No obstante, la respuesta del Ejecutivo de Trump fue catalogada entonces por analistas como "leve" por no apuntar directamente a Bin Salman.
ESPALDARAZO A BIN SALMÁN EN EL G20
Lejos de mostrarse distante con Bin Salman durante la celebración a finales de junio de la cumbre del G20 en Osaka (Japón), Trump se mostró cercano y amistoso con el príncipe heredero y lo elogió frente a las cámaras.
"Es amigo mío, un hombre que realmente ha hecho cosas en los últimos cinco años en términos de abrir Arabia Saudí (...) Has hecho un trabajo espectacular", dijo Trump a Bin Salman en su encuentro bilateral.
EL CONTENIDO DE LAS LLAMADAS DE TRUMP CON BIN SALMAN, BAJO LLAVE
La cadena de televisión CNN informó el pasado fin de semana de que la Casa Blanca tomó medidas "notables" para evitar que las conversaciones entre Trump y Bin Salman se hagan públicas.
Según fuentes citadas por la CNN, los funcionarios que normalmente habrían tenido acceso a una transcripción aproximada de la conversación nunca vieron una del contenido de la llamada que ambos líderes mantuvieron poco después de que se conociera la desaparición de Khashoggi.
Además de esa llamada en concreto, otras de Trump con Bin Salman o el rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdulaziz, han sido mantenidas "muy secretas", ya que no existen transcripciones de su contenido para evitar filtraciones a la prensa.
Alex Segura Lozano