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La "guerra contra la Navidad" llega a España con retraso

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Isabel Díaz Ayuso utiliza el ataque contra la Navidad como elemento de guerra cultural que la derecha estadounidense lleva utilizando sin éxito más de un siglo

Dice Isabel Díaz Ayuso que “cada vez se lee y se oye menos la palabra Navidad”, pero va con retraso. Su preocupación porque “no nos la quiten” la lleva pregonando la derecha estadounidense desde hace mucho y suponemos que con bastante éxito, porque aquí sigue la Navidad vivita y coleando. Será porque hace siete años ya contábamos por aquí que Trump había salvado la Navidad de todos sus enemigos y en EEUU se podía decir de nuevo sin miedo “feliz Navidad”, en lugar de cosas terribles como “felices fiestas”.

De las palabras de Ayuso se deduce que en España estamos todavía en la fase previa a la victoria, en plena batalla por la Navidad. “Que nos la quiten los que la odian”, dice, 20 años después de que la cadena ultra FOX News declarara solemnemente y en horario de máxima audiencia que la Navidad estaba “bajo asedio”. El presentador Bill O’Reilly, que acabaría despedido por un no parar de acoso sexual, abrió aquella intervención de Nochebuena con una frase inolvidable: “En todo el país, la Navidad está bajo ataque”.

“Los progresistas profanos”, decía O’Reilly hace dos décadas, querían “destruir la religión en el espacio público” atacando la Navidad porque si no los estadounidenses nunca aprobarían terribles males como “el matrimonio gay”, “las drogas” o “la redistribución de la riqueza mediante los impuestos”. Y ni siquiera estaba siendo muy innovador: en 1959 la revista ultraderechista American Opinion ya denunciaba un plan de la ONU para acabar con la Navidad, que debió fallar como tantos y tantos planes de la ONU para otras cosas. 

El autor hablaba de esa “conspiración comunista” para quitar a “Christ” (Cristo) de las “Christmas” (navidades), quizá sin saber que también él mismo estaba repitiendo un viejo cuento. Ya hace 100 años el magnate antisemita Henry Ford se lamentaba de no encontrar tarjetas de felicitación de Navidad que hicieran referencia al nacimiento de Jesús. Si se preguntan a quién culpaba de esto, baste decir que a esos artículos se los conoce bajo el elocuente título de “El Judío Internacional: el principal problema del mundo”.

Parece que la Navidad es un hueso duro de roer, porque aquí sigue con nosotros después de tanto “asedio”. Sin embargo, llama la atención que siempre encuentren un modo de llegar a España las guerras culturales más absurdas que se dan en Estados Unidos. Pudiendo imitar los aspectos más brillantes de su educación o su conciencia pública, seguimos empeñados en traernos lo más ridículo de sus batallas ideológicas, que si ya allí llaman a la risa, aquí no tienen sentido alguno. Feliz Navidad, a todos los que la celebran.

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