La crisis que vive Haití, con fuertes manifestaciones para exigir la renuncia del presidente Jovenel Moise, está teniendo un importante impacto negativo en hospitales, orfanatos y escuelas, advirtió este miércoles la ONU.
Según el portavoz Stéphane Dujarric, los incidentes de seguridad y los cierres de carreteras han afectado a programas humanitarios de Naciones Unidas y de organizaciones no gubernamentales.
El sector más golpeado, explicó, es probablemente el sanitario, con hospitales enfrentándose a problemas para operar.
"La falta de combustible, carencia de agua potable y otros productos esenciales también está afectando a orfanatos, unidades de protección civil y otros servicios de emergencias, que están funcionando con capacidad limitada", señaló Dujarric durante su conferencia de prensa diaria.
Además, la ONU destacó que muchas escuelas han permanecido cerradas durante las últimas dos semanas, dejando a unos dos millones de niños y jóvenes sin acceso a la educación.
Naciones Unidas avisó de que también puede haber consecuencias en el ámbito de la alimentación si la actual situación continúa, lo que podría poner en aprietos a miles de los aproximadamente 2,6 millones de habitantes que ya estaban en situación de inseguridad alimentaria.
La honda crisis económica y política que atraviesa Haití se agravó a finales de agosto con la escasez de combustible en las gasolineras, lo que desembocó en fuertes protestas en las calles.
El pasado viernes el país vivió las manifestaciones más multitudinarias en años, que degeneraron en actos violentos en Puerto Príncipe y otras ciudades.
En la capital haitiana hubo saqueos e incendios de edificios, así como cortes en las principales avenidas y carreteras que conectan la ciudad con barricadas.
Miles de manifestantes volvieron este martes a las calles para pedir la renuncia de Moise y líderes opositores han convocado a una nueva movilización nacional el viernes próximo.