El Gobierno paquistaní y los talibanes afganos consideraron este jueves que es necesario reanudar "tan pronto como sea posible" las negociaciones de paz entre los insurgentes y Estados Unidos, rotas a principios de septiembre por el presidente estadounidense, Donald Trump.
"Ambas partes acordaron la necesidad de reanudar el proceso de paz lo antes posible", indicó en un comunicado el Ministerio de Exteriores paquistaní, poco después de una reunión entre el ministro de la cartera, Shah Mehmood Qureshi, y representantes de los talibanes afganos en Islamabad.
Qureshi mantuvo un encuentro con una delegación de 12 miembros de la Comisión Política Talibán presidida por el cofundador de los talibán el mulá Baradar, que pasó ocho años encarcelado en Pakistán.
En el comunicado las autoridades paquistaníes enfatizaron la necesidad de "reducir la violencia" en Afganistán para poder reanudar las conversaciones, en medio de una campaña talibán que golpea el país con continuos atentados.
Tras ese primer encuentro la delegación insurgente se reunió con el primer ministro paquistaní, Imran Khan.
Poco antes de la reunión, el portavoz de la delegación talibán Shuhabuddin Dilawar indicó en un mensaje de audio que discutirían con Islamabad "asuntos políticos", en especial la situación de los "millones de refugiados" afganos en suelo paquistaní, y "sus problemas en educación, salud y condiciones de vivienda", así como su tránsito entre los dos países.
Un portavoz de la embajada estadounidense había adelantado el miércoles a Efe que el representante especial de Estados Unidos para la paz e interlocutor de los talibanes, Zalmay Khalilzad, está en Islamabad para mantener reuniones con el Gobierno paquistaní.
Pero la fuente prefirió no aclarar si Khalilzad se reunirá con los talibanes.
Hace menos de un mes, Estados Unidos parecía estar a punto de alcanzar un acuerdo con la formación insurgente que incluía la salida de las tropas estadounidenses del país tras meses de negociaciones.
Pero Trump dio por muertas la serie de conversaciones de paz, celebradas en Catar desde hacía más de un año, después de un ataque en Kabul que acabó con la vida de once personas, entre ellas un soldado estadounidense.