Donald Trump quiere que el Tribunal Supremo evite la consolidación de su estatus de delincuente antes de llegar a la casa Blanca. Los abogados del republicano han pedido al alto tribunal que frene la publicación de la sentencia de Trump por su condena del caso Stormy Daniels, que está prevista para este viernes.

La defensa se aferra a la inmunidad total de la que goza Trump como presidente electo ante cualquier proceso judicial. El argumento se basa en el fallo que emitió en junio el alto tribunal donde se ampliaba la inmunidad presidencial para los actos oficiales. 

El Supremo ha ordenado a los fiscales que respondan a la solicitud antes del jueves por la mañana. Está por ver si la mayoría conservadora que Trump apuntaló en su anterior mandato se mostrará más receptiva que los otros tribunales. Para conceder una suspensión se necesitan cinco jueces de los nueve que conforman el Supremo. Actualmente, seis son de perfil conservador y tres progresistas. 

Trump ha recurrido al Supremo después de que el juez del caso Stormy Daniels, Juan Merchan, rechazara la petición de frenar la sentencia. Los abogados del magnate consideran que publicar la sentencia ahora supondría una interferencia con la transición presidencial y la toma de posesión del 20 de enero.

“De hecho, la posibilidad de imponer una sentencia al presidente Trump justo antes de que asuma el cargo como el 47 presidente plantea el espectro de otras posibles restricciones a la libertad, como restricciones de viaje, requisitos de presentación de informes, registro, requisitos de libertad condicional y otros, todos los cuales serían constitucionalmente intolerables bajo la doctrina de inmunidad presidencial”, plantea el recurso presentado al Supremo.

La mayoría de los delitos por los que fue condenado Trump en el caso Stormy Daniels se produjeron antes de que llegara a la presidencia. El magnate todavía era un ciudadano privado cuando su por entonces abogado, Michael Cohen, hizo el pago a la actriz porno a cambio de su silencio para evitar un escándalo en medio de la campaña electoral del 2016. Por lo que está por ver qué lectura hará el alto tribunal sobre la sentencia del caso, ya que la inmunidad presidencial solo es para los actos oficiales.

Merchan anunció la semana pasada que mantenía la sentencia de Trump por sus 34 delitos, pero que no lo enviaría a prisión. El magistrado se inclina por una exención incondicional de la condena, lo que significa que a efectos prácticos el republicano no afrontaría ninguna consecuencia material por sus delitos. Aun así, volver a verlo sentado en el banquillo del tribunal de Manhattan, tan solo diez días antes de su toma de posesión, sería un duro golpe para su imagen. 

Actúe o no el Supremo en favor de Trump, el republicano será el primer convicto de la historia del país en llegar a presidente. El pasado mes de mayo un jurado popular lo declaró culpable por la falsificación de los documentos relacionados con el pago de 130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels. Con ello quería ocultar la relación sexual que mantuvo con ella para evitar que perjudicase su candidatura en las elecciones del 2016. En Nueva York la falsificación documental se pena con hasta cuatro años de cárcel, aunque en el caso de Trump -quien no tenía antecedentes- ya era poco probable el ingreso en prisión. 

Si el Tribunal Supremo concede una suspensión de la sentencia de Trump, podría efectivamente echar por tierra el proceso para siempre. Una vez el republicano regrese a la Casa Blanca ya no se podrá continuar con el proceso penal, y no sería hasta después de que concluya su segundo mandato, a los 82 años, cuando se podría retomar.