La Comisión Europea ocultó que la presidenta estuvo ingresada por una neumonía a principios de año. La decisión ha reavivado las críticas por falta de transparencia de la alemana, que centraliza todo el poder del gobierno comunitario
Teresa Ribera preside la reunión del Colegio de Comisarios por la baja por neumonía de Von der Leyen
Ursula von der Leyen ha diseñado una Comisión Europea a su imagen y semejanza. Es la presidenta que más poder ha aglutinado al frente del gobierno comunitario y esa centralización generó suspicacias en algunos comisarios que se sentían ninguneados.
La rueda de prensa diaria que ofrecen los portavoces del gobierno comunitario se ha convertido en una batalla sin cuartel durante la última semana después de que la agencia alemana DPA revelara que Von der Leyen había precisado atención hospitalaria. Hasta entonces su equipo se había limitado a informar de que tenía una “severa neumonía” que le obligaba a suspender su agenda pública durante dos semanas y que se recuperaba de la misma en Hannover, donde tiene su casa cuando no está en Bruselas. Los portavoces de Von der Leyen se esforzaron en dejar claro que seguía departiendo con sus colaboradores y al día en el trabajo de la oficina.
La ocultación ha provocado una polvareda en la sala de prensa del edificio Berlaymont que la portavoz, Paula Pinho, ha despachado alegando que dio la “información crítica” sobre el estado de salud de la presidenta.
Las críticas por la falta de transparencia no son nuevas y no sólo proceden de los medios de comunicación. La que ha sido Defensora del Pueblo de la UE en la última década, Emily O’Reilly, relató que la opacidad se ha ido incrementando durante este tiempo y acusó a Von der Leyen de ocultar información “por razones políticas”. “Esa cultura viene de arriba, entonces sí, probablemente sean la presidenta y su gabinete quienes están estableciendo la cultura”, dijo al medio Politico en una entrevista en diciembre.
Es, por tanto, la tónica habitual de Von der Leyen. Uno de los principales reproches de la Defensora del Pueblo la pasada legislatura fue por el intercambio de SMS con el dueño de Pfizer cuando la Comisión Europea negociaba con la farmacéutica la compra conjunta de vacunas frente a la COVID-19. O’Reilly consideró que esos mensajes se deberían considerar documentos públicos ante la negativa de la alemana de darlos a conocer. El asunto está judicializado. La justicia europea también reprendió al gobierno comunitario por ocultar una parte de esos contratos millonarios. Otro de los asuntos por los que la irlandesa le pidió explicaciones fue por unas vacaciones que pasó en Grecia junto al primer ministro, Kyriakos Mitsotakis.
Una estructura piramidalMás allá de la opacidad, Von der Leyen ha demostrado que lleva el carácter presidencialista de la Comisión Europea hasta el límite al no delegar sus funciones mientras estaba de baja. ¿Se puede presidir el gobierno comunitario desde el hospital? “Su habilidad para actuar nunca estuvo en cuestión”, justificó la portavoz, que reiteró que despachaba con su equipo a diario durante su ingreso y que estaba en posición de hacerlo con los líderes “en caso de ser necesario”. De hecho, mantuvo una conversación telefónica con la ultraderechista italiana Giorgia Meloni.
Von der Leyen no cedió el testigo hasta este miércoles, cuando la vicepresidenta primera, Teresa Ribera, presidió la reunión del Colegio de Comisarios en Bruselas por su ausencia. Lo anunció la portavoz el lunes, cuando matizó que estaba recuperándose “en casa” en Hannover. Para entonces ya se había desvelado que llegó a estar hospitalizada.
La alemana también recibe críticas por la estructura piramidal que ha dado a la Comisión Europea, en la que su jefe de gabinete, el también alemán Bjoern Seibert, tiene un enorme poder.
La pasada legislatura se llegó a tomar la decisión de eliminar del directorio público a los funcionarios de menor rango como férrea política contra las filtraciones o las posibles influencias en las políticas europeas. Pero la mano dura no se queda sólo en los escalafones más bajos sino que los propios comisarios reconocieron hartazgo con la situación.
El excomisario de Empleo, el socialista Nicolas Schmit, reprochó la falta de debate interno en el gobierno comunitario. “El trabajo colegiado es importante, el debate político es importante, somos políticos, no somos supertecnócratas que están ahí para gestionar sus propios asuntos”, expresó a los periodistas. Eso sí, lo hizo en plena campaña de las elecciones europeas a las que concurría como candidato de los socialdemócratas.
También fue crítico el francés Thierry Breton, que en su carta de dimisión acusaba a Von der Leyen de haber llevado a cabo una “gobernanza cuestionable”. La renuncia se produjo después de que la presidenta reclamara a Emmanuel Macron otro nombre para formar parte del Colegio de Comisarios esta legislatura, cuando el presidente francés ya había manifestado su pretensión de que continuara Breton. Los encontronazos con el comisario de Mercado Interior habían sido una constante.
Von der Leyen controla todo lo que pasa en la Comisión y la última estructura que diseñó del gobierno comunitario aboca a solapamientos en algunas de las iniciativas clave, como el Pacto Industrial Limpio que tienen que impulsar Teresa Ribera y el vicepresidente francés, Stephane Sejourné, y que en caso de choque tendrá que resolver la presidenta.
Tras dos semanas de baja, Von der Leyen reactivará su agenda la próxima semana para acudir al Foro de Davos y al Pleno de la Eurocámara en Estrasburgo. Está por ver si ha recibido las críticas o si mantiene la política de la opacidad.