Back to Top

Trump mira a China para "detener la guerra" en Ucrania y amaga con amenazar a Putin si no hay acuerdo "pronto"

Trump mira a China para

En una esperada intervención en Davos, el presidente estadounidense ha asegurado que Ucrania "está lista para llegar a un acuerdo" de paz y que le gustaría poder reunirse pronto con Vladímir Putin, mientras Zelenski intenta ganarse el favor del nuevo inquilino de la Casa Blanca

Un juez bloquea cautelarmente el decreto de Trump que pone fin a la ciudadanía por nacimiento en EEUU

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha regresado este miércoles a la escena mundial a través de una gran pantalla en el Foro de Davos.

Tras una intervención que ha generado una gran expectación y en la que ha cargado contra Europa, ha asegurado que Ucrania “está lista para llegar a un acuerdo” de paz y que le gustaría poder reunirse pronto con Vladímir Putin, a la vez que señala a China, de la cual dice que espera que use su influencia para “detener la guerra”.

Preguntado si, para cuando vaya el año que viene en persona a la misma cita, se habrá terminado la guerra, el nuevo inquilino de la Casa Blanca ha respondido que eso habría que “preguntarlo a Rusia”, porque Ucrania “está lista para llegar a un acuerdo”. “Esperamos que China pueda ayudarnos a detener la guerra, en particular con Rusia y Ucrania”, ha agregado en otro momento Trump, sin especificar detalles específicos sobre cómo.

Trump ha alardeado de que puede acabar rápidamente con la guerra de Ucrania, aunque ha dado pocas pistas sobre cómo lo logrará –lo que ha avivado los temores de que Ucrania se vea forzada a hacer concesiones desfavorables–. Antes de ganar las elecciones, prometió que podría hacerlo en 24 horas, un plazo que, como era de esperar, ha vencido sin avances. En las últimas semanas, sus asesores se han retractado y admiten que tardará meses o incluso más en resolverse. El enviado especial de Trump para Ucrania, Keith Kellogg, dijo que el presidente de EEUU quiere que las dos partes lleguen a un acuerdo en los 100 días posteriores a la toma de posesión. El papel de Kellogg será asesorarlo, pero no está claro que el líder republicano esté buscando mucho consejo, según informa el Wall Street Journal, que apunta a que Trump está decidido a controlar las conversaciones de paz. 

¿Más presión sobre Rusia?

Lo que muchos se preguntan en estos momentos es si, desde que juró el cargo, Trump está haciendo recaer la mayor parte de la responsabilidad de un acuerdo en Rusia. En su discurso de investidura, el nuevo presidente de EEUU se presentó como un “pacificador”, pero no mencionó a Ucrania ni contó cómo piensa convencer a Putin para que entable negociaciones. En los días posteriores a su regreso a la Casa Blanca, ha amenazado a Rusia con impuestos, aranceles y sanciones si no se llega “a un acuerdo pronto”. En su red social Truth Social, apeló directamente a Putin, haciendo referencia al estado actual de su economía: “Pon fin a esto ahora y detén esta guerra ridícula. ¡Solo va a empeorar!”. El impacto de tales medidas está por ver, ya que el comercio entre ambos países ya se ha visto muy limitado desde el inicio de la guerra en Ucrania hace casi tres años –aunque, por ejemplo, EEUU todavía importa cantidades significativas de fertilizantes rusos, según informa Reuters–.

El portavoz del Kremlin ha asegurado que no ve nada nuevo en las últimas declaraciones del nuevo inquilino de la Casa Blanca y ha dicho que a Trump “le gustan” las sanciones. Ha insistido en que el líder ruso está dispuesto a un diálogo en un plano de igualdad con su homólogo estadounidense. Se espera que el presidente de EEUU hable por teléfono en los próximos días con Putin, pero no se conocen mayores detalles. 

“Trump mantiene la retórica simplista, agresiva y arrogante de la campaña electoral y de la etapa de presidente electo, pero el anuncio de una oleada de sanciones más duras a Rusia si no firma la paz podría indicar que se está dando de bruces con una realidad más compleja y difícil de lo que ha hecho creer a su electorado”, dice a elDiario.es José Antonio Sanahuja, catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Según su análisis, Trump “está descubriendo” que no tiene ninguna palanca efectiva para presionar a Rusia. “Ni siquiera a través de China. Quizás eso explica el anuncio de nuevas sanciones. Pero esa amenaza no tiene mucho recorrido: Rusia ya está sometida a un durísimo régimen de sanciones y es poco lo que queda por hacer en ese terreno”. 

Putin está cada vez más preocupado por las distorsiones de la economía rusa en tiempos de guerra, según ha desvelado Reuters este jueves citando cinco fuentes conocedoras de la situación. La agencia recoge que la economía del país, impulsada por las exportaciones de petróleo, gas y minerales, creció con fuerza en los últimos dos años a pesar de las múltiples rondas de sanciones occidentales por la invasión de Ucrania, pero la actividad interna se ha visto afectada en los últimos meses por la escasez de mano de obra y los elevados tipos de interés introducidos para atajar la inflación, que se ha acelerado bajo un gasto militar récord. Todo ello, según el mismo medio, ha contribuido a que un sector de la élite rusa considere deseable una solución negociada a la guerra.

“Es cierto que la situación económica de Rusia es muy seria, incluso crítica, pero hasta ahora ha aguantado el cerco económico de Occidente y ha encontrado vías a través de países terceros, para mantener relaciones financieras y un comercio exterior activo”, dice Sanahuja. 

Tatiana Stanovaya, fundadora del think tank R.Politik, cree que a pesar de los amagos de Trump para obligar a Putin a negociar, el líder ruso parece convencido de que puede conseguir su objetivo tarde o temprano independientemente de las políticas estadounidenses. “Un acuerdo de paz en los términos rusos ahorraría recursos significativos, pero a falta de tal acuerdo, Putin está dispuesto a luchar durante el tiempo que sea necesario”, escribió en X. A su juicio, es poco probable que la actual situación económica de Rusia obligue a Putin a negociar con Ucrania. “Si el Kremlin llega a la conclusión de que no se llegará a un acuerdo favorable con Trump, es probable que se concentre en prolongar el conflicto. El objetivo sería debilitar a Ucrania hasta el punto de que la capacidad de Trump para apoyarla se vuelva inútil”, añadió. 

Para Sanahuja, un acuerdo directo entre EEUU y Rusia no es posible “sin sacrificar a Ucrania y aparecer ante la opinión pública como alguien que claudica ante Putin”. “No creo que opte por esa vía. Y si se trata de sentar a ambas partes a la mesa de negociación, en realidad Trump solo tiene la capacidad de presionar a Ucrania cortándole la ayuda militar. Y si lo hace, en realidad está invitando a Rusia a proseguir la guerra y conseguir más por esa vía que en una eventual negociación”, agrega. 

Putin no ha dado señales de haber cambiado los objetivos de su invasión en cualquier negociación de paz, entre ellos vetar la entrada de Ucrania en la OTAN y que Kiev entregue el territorio que está bajo control ruso, repitiendo la fórmula “la realidad sobre el terreno” como punto de partida en unas futuras negociaciones de paz. Ucrania no quiere ceder franjas de su país, aunque Zelenski asumió recientemente la posibilidad de un alto el fuego en las actuales líneas de combate, siempre y cuando el territorio que domina quede “bajo el paraguas de la OTAN”, lo que implicaría dejar en manos de Moscú parte del territorio ocupado, al menos temporalmente. Marco Rubio, el nuevo secretario de Estado estadounidense, ha sugerido a Kiev que tendrá que hacer concesiones territoriales.

En el campo de batalla, Rusia logró el año pasado sus avances territoriales más rápidos desde los primeros días de la guerra y ahora controla casi una quinta parte de Ucrania, aunque quiere más. Kiev se acerca así al tercer aniversario del comienzo de la invasión en una posición defensiva en el frente y perdiendo terreno. “En conjunto, el futuro de Ucrania parece sombrío. Hay muchos problemas para los que no hay soluciones rápidas, y para algunos la propia Ucrania tiene una posibilidad limitada de influir”, dijo la semana pasada a este medio el analista Emil Kastehelmi, que citaba, entre otros factores que han llevado a la actual situación, los “problemas crónicos de mano de obra que no se han solucionado” y otros detalles técnicos como problemas relacionados con la cadena de mando y las capacidades de adiestramiento

A juicio de Kastehelmi, la mayor incógnita es “cómo determinará Trump el futuro de la guerra, pero también es un hecho que los países europeos no pueden proporcionar suficiente ayuda militar para cubrir todas las necesidades de Ucrania”. 

Zelenski intenta ganarse a Trump

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, está intentando ganarse el favor de Trump.  El día de la toma de posesión, Zelenski felicitó a su homólogo estadounidense calificándolo como un líder “decisivo” que puede ser capaz de lograr una “paz justa y de larga duración”. Pocas horas después, en su discurso en el foro de Davos, instó a Europa a “cuidarse de sí misma” e incrementar el gasto en defensa, asumiendo como tesis la demanda del nuevo Gobierno estadounidense. A la vez, llamó la atención a Europa para que no sea ignorada por el nuevo presidente de Estados Unidos: “Ahora mismo, no está claro si Europa tendrá siquiera un sitio en la mesa cuando termine la guerra contra nuestro país. Vemos cuánta influencia tiene China sobre Rusia. (...), ¿escuchará el presidente Trump a Europa o negociará con Rusia y China sin contar con Europa?”.

“Zelenski es un líder pragmático y sabe que EEUU es imprescindible”, dice Sanahuja. “Ha ofrecido oportunidad de inversión, concesiones mineras… Creo que sabe mucho mejor que Trump cuáles son las opciones reales que tiene el nuevo presidente de EEUU. Y son bastante más reducidas de las que Trump cree. Pero también necesita a la UE y no creo que acepte dejarla fuera de la negociación”.

En estos momentos, Zelenski se está concentrando en pedir a sus aliados occidentales garantías de seguridad como base para cualquier acuerdo de alto al fuego, algo que ha reiterado como un mantra a lo largo de estos tres años y con lo que busca disuadir un nuevo ataque ruso en el futuro. Recientemente, preguntado por la idea de un contingente de mantenimiento de la paz, respondió que se necesitarían al menos 200.000 soldados europeos.

El presidente ucraniano ha asegurado que el eventual ingreso de su país en la OTAN, como máxima garantía de seguridad, depende en última instancia de Trump. “La mayoría de los aliados lo apoya, pero cuatro países se oponen a nuestra adhesión a la OTAN: Estados Unidos, Alemania, Eslovaquia y Hungría”, pero a la hora de la verdad, “todo depende de los Estados Unidos y, específicamente, de su presidente”, comentó Zelenski a un grupo de corresponsales en la localidad suiza. 

“En materia de garantías, todas las opciones son arriesgadas para EEUU y Europa. Ya está claramente descartada la adhesión a la OTAN (incluso con una garantía limitada al territorio no ocupado por Rusia), o garantías bilaterales análogas”, señala el catedrático de la Complutense. Cree que el despliegue de tropas europeas como garantes tras una franja desmilitarizada puede ser una idea atractiva para Trump, “que así delega la tarea en la UE”. “Pero en la UE hay muchas resistencias a esta idea, muy arriesgada, y desde las capitales europeas ya se ha dicho que cualquier implicación en la paz implica una participación europea en la negociación misma. Zelenski está hablando de unos 200.000 soldados para que ese despliegue fuera creíble … ¿De dónde van a salir?”, pregunta. 

En Kiev, la posibilidad de que Trump pueda poner fin a la guerra ha sido recibida con una mezcla de esperanza y escepticismo. Pocos creen que el calendario que maneja Washington sea realista, mientras flota la duda sobre la continuidad de la asistencia militar estadounidense bajo la nueva Administración Trump. Algunos sondeos muestran que el porcentaje de ucranianos que defiende que hay que continuar combatiendo hasta ganar la guerra se ha reducido, mientras que sube el de quienes piensan que Kiev debería buscar un final negociado a la guerra lo antes posible.

Cron Job Starts