El presidente ha insinuado que impedirán la participación de las deportistas trans en las próximas Olimpiadas, que se celebrarán en Los Ángeles en 2028, devengando los visados
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El cerco de la Casa Blanca contra los derechos de las personas trans continua. El presidente Donald Trump ha firmado este miércoles una orden ejecutiva que pretende prohibir la participación de atletas trans en las ligas escolares y universitarias mediante la denegación de fondos federales a aquellos centros educativos que lo permitan.
“En Los Ángeles, en 2028, mi administración no se quedará de brazos cruzados viendo cómo los hombres golpean y maltratan a las atletas femeninas. Simplemente, no lo vamos a permitir, y esto se va a acabar, y se está acabando ahora mismo, y nadie va a poder hacer nada al respecto, porque cuando hablo, hablamos con autoridad”, ha afirmado el presidente.
El republicano ha asegurado que está “dando instrucciones” a su secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, “para que niegue cualquier solicitud de visa hecha por hombres que intenten entrar fraudulentamente a los Estados Unidos mientras se identifiquen como mujeres atletas, tratando de entrar a los juegos, tal vez porque no pueden calificar para los juegos”.
Por la mañana, la secretaria de prensa, Karoline Leavitt, ya había asegurado que “el presidente espera que el Comité Olímpico y la NCAA ya no permitan que los hombres compitan en deportes femeninos. Con su firma, inicia una campaña de presión pública sobre estas organizaciones para que hagan lo correcto”.
Trump ha firmado el decreto rodeado de mujeres y niñas cisgénero. Una vez más, no ha podido evitar comentar la multitud que había en la sala (“Es un buen grupo, ¿no lo es?”), a quien le ha preguntado: “Habéis tenido que esperar mucho, ¿no? Es que ha sido ridículo, pero aquí estamos. Es una cuestión de sentido común, no tiene que llevar mucho tiempo”.
Antes de la firma, ha citado el bulo que creó la extrema derecha sobre la boxeadora Imane Khelif en los juegos Olímpicos de París del año pasado. Más allá de la transfobia que supuso toda esa campaña, lo cierto es que la argelina es una mujer cis. No un hombre, como ha dicho el presidente falsamente: “¿Y quién podría olvidar los Juegos Olímpicos de París del año pasado, donde un boxeador masculino le arrebató la medalla de oro a una mujer después de brutalizar tan ferozmente a sus tres oponentes masculinos que ella tuvo que retirarse tras solo 46 segundos, y eso que era una luchadora campeona?”
Asedio a los menores trans
Para poder aplicar su último decreto transfóbico, Trump pretende hacer una interpretación sesgada del Título IX, la ley federal que prohíbe la discriminación por sexo en las escuelas. Según esta norma, los centros que discriminen por sexo no son elegibles para recibir fondos federales. Como con todas las otras órdenes ejecutivas que el presidente ha firmado, se espera que los colectivos que luchan por los derechos LGTBI presenten recursos legales contra esta.
La norma para impedir que las personas trans puedan participar en las ligas deportivas de colegios y universidades era una de las promesas de campaña de Trump, en medio de la guerra cultura que hace tiempo llevan librando los republicanos. Se trata de una estocada más a los derechos del colectivo, los cuales el presidente ha estado cercenando desde el día uno que llegó a la Casa Blanca.
El primer día de su presidencia, Trump firmó una orden declarando que solo existen dos géneros. En el octavo día, su Departamento de Educación anunció que estaba abriendo una investigación sobre un distrito escolar de Denver por sus baños para todos los géneros. Y en el noveno, Trump firmó otra orden que sanciona a los docentes que ayuden a los estudiantes a hacer una “transición social”.