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La onda expansiva de Trump alcanza a Europa

La onda expansiva de Trump alcanza a Europa

La victoria de Donald Trump ha envalentonado a los ultras del mundo, desde Milei hasta Netanyahu, pasando por Bukele o Farage. Este fin de semana se reúnen en Madrid varios líderes ultras europeos, con Santiago Abascal como anfitrión y adaptando el lema del magnate: Make Europe Great Again (MEGA)

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Nunca se han visto como ahora desde hace nueve décadas. Uno a uno, van cayendo todos los tabúes: la primera victoria ultra en Austria desde la Segunda Guerra Mundial; el primer Gobierno ultra en Italia desde Benito Mussolini; el primer Gobierno ultra en Bélgica desde la ocupación nazi; la primera vez que los conservadores alemanes votan de la mano de la extrema derecha heredera del nazismo desde 1945.

.. Y, como premio, la Casa Blanca más desatada posible.

Ya lo dijo Javier Milei, presidente argentino, hace unos días en Davos, recitando la alineación de su Internacional reaccionaria: “No me siento solo porque a lo largo de este año he podido encontrar compañeros en esta pelea por las ideas de la libertad en todos los rincones del planeta, desde el maravilloso Elon Musk hasta la feroz dama italiana, mi querida amiga Giorgia Meloni, desde Bukele en El Salvador hasta Viktor Orbán en Hungría, desde Benjamin Netanyahu en Israel hasta Donald Trump en Estados Unidos”.

En su lista de jinetes del Apocalipsis, Milei no menciona a Santiago Abascal, que alberga este fin de semana una cumbre de su familia política europea, los Patriots, con jefes de Gobierno –Viktor Orbán–; ministros –Matteo Salvini–, campeones electorales –Geert Wilders–; aspirantes con opciones –Marine Le Pen–... Y el trumpismo como bandera: del MAGA al MEGA.

El objetivo de la reunión, según los organizadores, es “trazar la estrategia a seguir para consolidar la alternativa al consenso que gobierna en Bruselas desde hace una década, los 'populares' y los socialistas”. El grupo Patriotas del Parlamento Europeo nació tras las elecciones europeas de junio de 2024, impulsado por Orbán. Cuenta con casi 86 diputados que representan a 19 millones de europeos y es el tercer grupo de la Eurocámara, detrás del Partido Popular Europeo y los socialistas (S&D).

Las ideas de la libertad que agita Milei ignoran que Musk la defiende a su manera manipulando el algoritmo de X en favor de sus ideas ultras y con el brazo en alto ante la victoria de Trump; Meloni, deportando solicitantes de asilo en centros de detención en Albania; Bukele, con macrocárceles en las que hacina a los presos, incluidos los que le mande Trump; Orbán, persiguiendo a los medios de comunicación, las universidades y recortando derechos de las mujeres y personas LGTBI+; Netanyahu, llevando a cabo un genocidio en Gaza; y Trump, anunciando “deportaciones masivas” de personas ya sean migrantes o gazatíes, vetando prácticamente a cualquier medio menos la FOX y dando barra libre a Netanyahu en su limpieza étnica.

Pero, claro, en el concepto de libertad de Milei y sus amigues, estos asuntos son baladíes: “Lentamente, se ha ido formando una alianza internacional de todas aquellas naciones que queremos ser libres y que creemos en las ideas de la libertad. Y lentamente, lo que parecía una hegemonía absoluta a nivel global de la izquierda en la política, en las instituciones educativas, en los medios de comunicación, en organismos supranacionales o en foros como Davos, se ha ido resquebrajando y se empieza a vislumbrar una esperanza para las ideas de la libertad. Hoy vengo aquí a decirles que nuestra batalla no está ganada. Que si bien la esperanza ha renacido, es nuestro deber moral y nuestra responsabilidad histórica desmantelar el edificio ideológico del wokismo enfermizo”.

El “wokismo enfermizo” como enemigo público número 1, un concepto que ha hecho fortuna entre los ultras del mundo que están en trance de unirse para desacreditar los avances humanos que han permitido progresar en derechos laborales, sociales, de las mujeres, en definitiva, de todo aquel que queda al albur del capitalismo sin límites, incluido un planeta cada vez más explotado y en crisis.

Y Musk como faro. “Existe una internacional de extrema derecha que, a pesar de sus grandes diferencias entre ellos, se sienten parte de una misma familia política, comparten la mayoría de sus referencias ideológicas y propuestas clave, participan en los mismos foros y redes y tienen los mismos enemigos, que son el progresismo, el globalismo, las izquierdas o lo que ellos llaman marxismo cultural y dictadura del pensamiento único”, decía a elDiario.es Steven Forti, historiador especializado en extrema derecha y autor del libro ‘Democracias en extinción’ (Akal). “Musk es un miembro reciente de esa internacional y sirve de motor y nexo en ella”, añade: “Musk tiene un doble objetivo en su agenda. Además de sus intereses económicos como hombre más rico del mundo, hay una cuestión ideológica”.

Muchos han comparado la figura de Musk con el papel que hace ocho años cumplió Steve Bannon, estratega ultra de Trump que pasó a intentar liderar una primera versión de la internacional de extrema derecha con The Movement. “Elon Musk es un hombre mucho más poderoso que Steve Bannon y ha logrado mucho más que él, forjar relaciones con líderes de la extrema derecha. Cuando Bannon aterrizó en Europa, su proyecto de The Movement fracasó estrepitosamente”, explicaba Forti. “Musk es mucho más que Bannon”.

Steve Bannon llegó a Europa en 2018 después de salir de la corte de Trump como míster Marshall: rodeado de pompa, boato y deslumbrando. El sueño de Bannon era construir una Internacional de la extrema derecha, unificar los diferentes movimientos y aprovechar las elecciones europeas para conformar un gran frente que se convirtiera en un poderoso grupo parlamentario en la Eurocámara. Pero no lo consiguió. De hecho, ahora en la Eurocámara hay tres: ECR –el de Meloni–; Patriots –el de Vox, Le Pen y Orbán– y Soberanistas –el de AfD–.

Y, quizá por eso, Bannon no puede ocultar su rivalidad con la nueva mano derecha de Trump: “Es un tipo verdaderamente malvado, un tipo muy malo. Me propuse personalmente acabar con este tipo. Antes, porque ponía dinero, estaba dispuesto a tolerarlo: ya no estoy dispuesto a tolerarlo. Él [Musk] debería volver a Sudáfrica. ¿Por qué tenemos sudafricanos blancos, las personas más racistas de la tierra, haciendo cualquier comentario sobre lo que sucede en Estados Unidos? El único objetivo de Musk es convertirse en trillonario. Tiene la madurez de un niño pequeño”.

Coro de palmeros: Orbán, Milei, Bukele

Da igual que sea la limpieza étnica en Palestina o la destrucción de organismos multilaterales. Cada decisión de Trump en aplicación de su agenda ultra está recibiendo el aplauso y el seguidismo de su corte de acólitos.

“La decisión de Donald Trump de imponer sanciones contra la CPI (Corte Penal Internacional) es absolutamente comprensible, ya que se ha convertido recientemente en una herramienta política tendenciosa y ha desacreditado a todo el sistema judicial internacional”, ha dicho este viernes el ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó: “Hungría también está evaluando la cuestión de su cooperación con la CPI”, agregó Szijjártó, el jefe de la diplomacia de Orbán, quien este sábado acudirá a la cumbre ultra de Madrid.

En efecto, Donald Trump, acompañado de un exultante Benjamin Netanyahu, ha dado la bendición a Israel para completar la limpieza étnica que ya está llevando a cabo Netanyahu, con Egipto y Jordania como destinos preferentes, y reconstruir la Franja hasta convertirla en la “Riviera de Oriente Próximo” bajo control de Estados Unidos. Un plan aberrante, concluye Jesús Núñez: “Como era previsible, una vez que termine la primera fase del alto el fuego que entró en vigor el pasado 19 de enero para proceder al intercambio de prisioneros entre Israel y Hamás, las Fuerzas de Defensa Israelíes volverán a lanzar sus ataques con la intención de terminar la tarea que Netanyahu y los suyos se han propuesto: hacer insoportable la vida en la zona a quienes no sean judíos y apropiarse definitivamente (con las bendiciones de Trump) de todo el territorio que hay entre el río Jordán y el mar Mediterráneo; todo ello con el añadido de la anexión de Cisjordania”.

Pero hay más: desde que Trump asumiera la presidencia estadounidense hace apenas dos semanas, el argentino Javier Milei le ha ido siguiendo los pasos. Primero fue la salida de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por “profundas diferencias” con el organismo en la gestión sanitaria de la pandemia de la COVID-19, y ahora el recorte de los derechos de las personas trans, justo un día después de que Trump haya firmado una orden para prohibir a las atletas trans participar en los deportes femeninos. Los derechos de las personas trans y, en especial, el acceso de los menores a los tratamientos de afirmación de género, son uno de los principales caballos de batalla de Trump.

Otro ejemplo, pero en este caso de seguidismo sumiso, está siendo el del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien ha anunciado que pone su sistema de prisiones al servicio de las deportaciones estadounidense. “Estamos dispuestos a admitir únicamente a criminales convictos (incluidos ciudadanos estadounidenses convictos) en nuestra mega prisión (CECOT) a cambio de una tarifa”, ha escrito en X. El anuncio de Bukele fue adelantado previamente por el secretario de Estado, Marco Rubio, que viajó El Salvador para presionar al gobierno latinoamericano para que ayude a la nueva Administración de Trump en su ofensiva contra la migración.

Rubio dijo que Bukele “ha aceptado un acuerdo migratorio sin precedentes y extraordinario” en el que El Salvador encarcelará a cualquier migrante sin papeles “que sea un criminal” deportado desde Estados Unidos. El país seguirá aceptando deportados salvadoreños que hayan entrado ilegalmente a Estados Unidos, y también “aceptará la deportación de cualquier persona ilegal en Estados Unidos que sea un criminal de cualquier nacionalidad, ya sean del MS-13 o el Tren de Aragua, y los mantendrá en sus prisiones”, ha explicado Rubio, en referencia a los dos grandes cárteles transnacionales que existen. El grupo venezolano Tren de Aragua, es uno de los más citados por Trump en sus mítines. 

Musk, gasolina de la Internacional reaccionaria

Musk gastó más de 250 millones de dólares (unos 240 millones de euros) para apoyar a Trump en las elecciones del 5 de noviembre pasado y el dueño de X y Tesla ya se ha movilizado para dar apoyo público a otros líderes de la extrema derecha en Europa, como Alemania, Italia y Rumanía.

A dos semanas de las elecciones en Alemania, ya sabe todo el mundo que Musk hace campaña por los herederos del nazismo, AfD, llegando a escribir en X que sólo Alternativa para Alemania “puede salvar a Alemania”. Además de sus publicaciones en X y la columna en el periódico Die Welt apoyando a una de las formaciones más radicales de esa internacional reaccionaria, Musk mantuvo una conversación en directo en X con la candidata a canciller, Alice Weidel.

Musk también ha respaldado al ministro Matteo Salvini, líder de la Lega y asistente a la cumbre ultra de Madrid, en el juicio por bloquear el desembarco del Open Arms con migrantes rescatados en el mar, así como a la primera ministra ultraderechista de Italia, Giorgia Meloni –Fratelli–, con quien negocia un importante contrato de 1.500 millones de euros para obtener comunicaciones seguras por satélite. Y ha alabado las políticas de Orbán.

Trump apenas lleva tres semanas en la Casa Blanca y ya se está notando su onda expansiva ultra: líderes políticos de todo el mundo empiezan a copiarle y algunos de ellos se conjuran este fin de semana en Madrid para pasar del MAGA al MEGA.

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