La ONU se está viendo obligada a tomar medidas excepcionales para hacer frente a la crisis financiera que vive, que llegó a poner en peligro las recientes reuniones de líderes internacionales en la Asamblea General, según aseguró este martes el jefe de la organización, António Guterres.
Aunque los problemas de liquidez son algo habitual para Naciones Unidas, según Guterres este mes se alcanzará el peor déficit en una década.
"La pasada semana, me vi forzado a aplicar medidas extraordinarias para afrontar esta falta de efectivo récord", explicó el diplomático portugués en una reunión de la Quinta Comisión de la Asamblea General, la encargada del presupuesto de la organización.
Entre esas medidas se incluye la decisión de no cubrir puestos vacantes, limitar viajes estrictamente a los esenciales, cancelar o posponer reuniones o reducir el apoyo que la Secretaría General ofrece para la celebración de eventos.
Por ejemplo, Guterres apuntó que ya no se podrá dar respaldo a ninguna cita no obligatoria más allá de las 6 de la tarde.
Según aseguró, existe el riesgo de que Naciones Unidas entre en noviembre sin fondos suficientes para cubrir las nóminas de todos sus empleados.
Y la situación, según Guterres, podría haber sido mucho peor si no se hubiesen emprendido ya desde el pasado enero recortes de gastos.
"Sin estos pasos, no habríamos tenido liquidez para apoyar la apertura del debate de la Asamblea General y las reuniones de alto nivel requeridas el mes pasado", advirtió.
En general, los problemas de efectivo que sufre la organización se derivan del hecho de que muchos países no pagan a tiempo o al completo las contribuciones que les corresponden.
Este año, únicamente 34 países pagaron su parte antes del 31 de enero, que es el plazo requerido sobre el papel.
A fecha 7 de octubre, otros 95 Estados habían abonado sus cuotas al completo, lo que quiere decir que más de 60 aún no lo han hecho.
Entre ellos, destaca el caso de Estados Unidos, que es el mayor contribuyente de la ONU y que debe cubrir un 22 % del presupuesto.
Dado que la situación se repite año tras año, Guterres ha propuesto a los países cambiar reglas presupuestarias para tener más margen de maniobra.
En su discurso de este martes, Guterres presentó su propuesta presupuestaria para 2020, que establece unas necesidades de unos 2.900 millones de dólares.
Según explicó, en términos reales esa cifra no supone ningún incremento con respeto a este año, a pesar de que la ONU debe cubrir varias actividades nuevas.
Esas cuentas reflejan el presupuesto regular de Naciones Unidas, mientras que las operaciones de paz se financian al margen y suponen un gasto mayor.
Para el ejercicio fiscal que va del 1 de julio de 2019 al 30 de junio de 2020, las operaciones de paz tienen un presupuesto de unos 6.500 millones de dólares, del que EE.UU. aporta un 28 % y China un 15 %.