El socialista António Costa ha sido designado primer ministro por el presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, el pasado martes, y se apresura a comenzar las negociaciones para formar un Gobierno con confianza en el que existan condiciones para lograrlo.

Costa, vencedor de las elecciones del pasado domingo con holgada mayoría pero sin mayoría absoluta, tendrá ahora que buscar los apoyos necesarios para que su programa de Gobierno pase una futura votación en la Asamblea de la República.

"Existen todas las condiciones, tras oír a todos los partidos, para que el Gobierno se pueda presentar ante la Asamblea de la República y no haya moción de rechazo a su programa", ha dicho en una declaración a la prensa tras reunirse con el presidente.

El socialista iniciará este miércoles los contactos con todos los partidos de la izquierda para buscar posibles alianzas, y ha mostrado su confianza en que "se reúnan las condiciones necesarias no solo para que el Gobierno se pueda formar, sino para que pueda gobernar con estabilidad", ha explicado.

Costa pasará este miércoles por las sedes de los que fueron sus socios de la "geringonça" durante la pasada legislatura –Bloco de Esquerda, Partido Comunista Portugués y Los Verdes–, así como del PAN (Personas, Animales y Naturaleza) y de Livre.

Lo hará para buscar una solución de Gobierno que, ha admitido, podrá ser diferente a la "geringonça" de los últimos cuatro años, aunque considera que "habrá seguramente otras formas de asegurar la estabilidad".

El Partido Socialista obtuvo el domingo 106 diputados, 10 por debajo de la mayoría absoluta, aunque podría conseguir algún asiento más cuando se anuncien los cuatro escaños que corresponden al voto del extranjero, que todavía no se ha terminado de contabilizar.

Sea cual sea su resultado final, le bastaría pactar solo con uno de sus socios de la pasada legislatura para conseguir la aprobación del Parlamento, en una sesión todavía sin fecha confirmada que se celebrará, previsiblemente, a finales de mes. Pero ahora sus antiguos socios –el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista– tienen diferentes posturas.

Catarina Martins, líder del Bloco, ha vuelto hoy a mostrarse disponible para "negociar soluciones que puedan ser de programa de Gobierno, con el horizonte de la legislatura", aunque ha reconocido el derecho de los socialistas a escoger un Ejecutivo en minoría y buscar consensos "presupuesto a presupuesto".

El comunista Jerónimo de Sousa, por el contrario, se ha inclinado más por negociar "caso a caso" y no repetir un acuerdo para toda la legislatura. El propio Costa ha admitido el martes su disponibilidad para llegar a un acuerdo aunque sea únicamente con el Bloco, si otros partidos no quisieran unirse.

Otro de los posibles aliados, el animalista PAN, ha señalado este martes que no está dispuesto, "en principio", a establecer coaliciones y acuerdos de legislatura, aunque eso no le impide mantener una actitud "constructiva" y de "diálogo" con los socialistas.

El calendario todavía no está definido, ya que es necesario que, previamente, se terminen de contabilizar los votos de los residentes en el extranjero y se publiquen los resultados electorales en el Diario de la República.

Una vez publicados, se realizará la primera reunión del Parlamento, el Gobierno tomará posesión y Costa tendrá diez días para someter su programa a votación en la Cámara. Si no se oponen al menos 116 de los 230 diputados de la Cámara, su Gobierno saldrá adelante y entrará en funciones.