Las autoridades saudíes informaron hoy de que este viernes recibieron un mensaje del petrolero iraní que fue supuestamente atacado cerca de la ciudad de Yeda, en la costa occidental del reino, pero que cuando intentaron prestar ayuda al buque este había desconectado sus sistemas de comunicación.
Un portavoz de la Dirección General de la Guardia de Fronteras saudí dijo a la agencia oficial de noticias, SPA, que a las 11:47 horas local (08:47 GMT) del viernes la estación costera de Yeda informó de que había recibido un mensaje del capitán del buque iraní Sabiti, situado frente a las costas saudíes en el mar Rojo.
En ese mensaje, el capitán comunicó que el buque había sufrido una "ruptura" en su parte delantera, lo que provocó un derrame del petróleo que transportaba.
Sin embargo, según SPA, cuando las autoridades saudíes se pusieron en contacto con el petrolero para "proporcionarle la asistencia necesaria", la embarcación había proseguido la navegación y se situaba ya a unas 67 millas náuticas al suroeste del puerto de Yeda.
Asimismo, el petrolero había inhabilitado el sistema de seguimiento por radar y no atendía las llamadas de la Guardia Fronteriza saudí, agregó su portavoz a la agencia estatal, que no identificó al responsable.
El Gobierno iraní confirmó ayer que el buque había sufrido ataques cerca de la ciudad saudí de Yeda y que se habían llevado a cabo "desde un lugar cercano de su corredor de paso en el este del Mar Rojo", responsabilizando a los autores del ataque del vertido de petróleo provocado.
El portavoz del Ministerio iraní de Exteriores, Abas Musaví, aseguró que la situación del petrolero está bajo control y que "las investigaciones sobre los detalles y los autores de este movimiento peligroso continúan", según la agencia oficial iraní de noticias IRNA.
El petrolero, operado por la Compañía Nacional de Petróleo de Irán (NIOC), fue atacado dos veces mientras estaba a unas 60 millas de Yeda y las explosiones provocaron un vertido de crudo en el mar Rojo.
En los pasados meses se han registrado varios incidentes protagonizados por barcos cisterna que han elevado la tensión entre Arabia Saudí e Irán, que se acusan mutuamente de realizar actos de sabotaje en el estrecho de Ormuz y en las aguas por donde transita una buena parte del crudo mundial.