El documental "Morir en el exilio, morir en el olvido", que recupera la historia del único cementerio de exiliados republicanos españoles en Túnez, fue presentado por primera vez en España este miércoles en la Casa Árabe de Madrid.
La obra, producida por la agencia Efe, es resultado de una investigación llamada "El exilio olvidado", del reportero salmantino Javier Martín, de 47 años, delegado de Efe en Argelia, Libia y Túnez.
"Hablar de los muertos", sostiene Martín, es “muy importante como país para que la democracia sea más sana", defendió tras la proyección del documental.
"España y Túnez tienen una historia común.
En un corral de la localidad de Kasserine, próxima a la frontera con Argelia, hay 20 tumbas, 12 de ellas con nombres, de un grupo de republicanos que partieron de España antes del final de la Guerra Civil y llegaron a la costa africana en marzo de 1939.
Una de ellas, de Marcelino Llano Cotrofe, anarquista de la CNT, fue el punto de partida para la investigación de Martín, que buscó su nombre en Internet y localizó familiares del republicano en la ciudad de Ferrol, en la provincia española de La Coruña, en Galicia.
"Cuando hablamos de migración, tenemos que recordar que España también es un país de exiliados y que sufrimos guerra. (...) Tenemos una historia compartida", recalcó Martín.
Tras la exhibición del documental, Bechir Yezidi, investigador en la Universidad de Manouba, en Túnez, subrayó que los republicanos españoles que escaparon de la represión franquista fueron acogidos en condiciones "muy malas", en "campos de concentración", donde "sufrieron mucho".
"No coincidían las condiciones que sufrían con su situación de refugiados", explicó.
Además, agregó Yezidi, fueron utilizados como mano de obra para desarrollar la localidad de Kasserine, que todavía no era una ciudad cuando llegaran los españoles.
El escritor y ensayista Santiago Alba Rico, que también participó de la mesa de discusión, reivindicó el "imperativo de recordar" como un valor político fundamental a la democracia.
"Hemos dejado un poco de hablar a los muertos. (...) Y creo que es muy difícil considerarse a uno mismo en termino de nación y país completamente democrático si no se permite el diálogo entre vivos y muertos ", subrayó Alba Rico.
La obra de Martín forma parte de una línea de grandes reportajes multimedia, con la que se pretende dar un paso en la modernización de la agencia EFE y facilitar la venta de sus productos.
El reportaje fue producido durante seis meses y contó con la colaboración de la realizadora Natalia Román, los editores Pablo Ortega y Marta Caparrós y el productor Javier Marín.