La coalición internacional liderada por Estados Unidos ha bombardeado una de sus bases en el norte de Siria y destruido un alijo de municiones, tras la retirada de sus tropas por orden del presidente estadounidense, Donald Trump, al aproximarse unidades del Ejército sirio que entraron en una ciudad cercana a la instalación.
"Dos cazas de combate F-15Es realizaron con éxito un ataque aéreo de precisión planificado previamente en la Fábrica de Cemento Lafarge para destruir un alijo de municiones y reducir la utilidad militar de la instalación", dijo anoche en su cuenta de Twitter el portavoz de la alianza, coronel Myles B.
La fábrica de cemento de la firma francesa Lafarge, situada entre las ciudades de Kobane y Ain Issa, en el norte de Siria, era utilizada como una de las principales bases de la coalición en sus operaciones contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Su destrucción se produce después de que el propio portavoz anunciase ayer que se habían retirado completamente de esa base, así como de Al Raqa y Tabqa.
Anoche, después de la salida de las tropas estadounidenses, las fuerzas sirias, junto a unidades de su aliada Rusia, entraron a la estratégica ciudad de Kobane, que Turquía busca dominar en el marco de su ofensiva lanzada el pasado día 9.
EEUU se implicó en la guerra en Siria en septiembre de 2014, meses después de que el EI proclamara un califato en este país y en Irak.
Su participación en el conflicto ha sido en el marco de la coalición internacional contra el EI, que ha colaborado sobre el terreno con las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada encabezada por las milicias kurdas.
Turquía lanzó la semana pasada una ofensiva contra esas milicias, que considera "terroristas", días después de que EE.UU. anunciara el repliegue de sus soldados del territorio sirio.
Hoy está previsto que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se reúna con el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, en Ankara.