Venezuela logró este jueves un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU al imponerse a Costa Rica en las elecciones celebradas en la Asamblea General de Naciones Unidas.
El país centroamericano, que había concurrido a los comicios a última hora con el objetivo explícito de impedir que Venezuela se hiciese con un escaño, obtuvo el apoyo de 96 Estados miembros, frente a los 105 que respaldaron al Gobierno venezolano.
Brasil, con 153 votos, se llevó la otra plaza disponible para los países de Latinoamérica y el Caribe.
Así, Brasil -que optaba a la reelección- continuará siendo miembro del órgano con sede en Ginebra, mientras que Venezuela sustituirá el próximo 1 de enero a Cuba, que termina su mandato.
La candidatura venezolana logró su objetivo a pesar de una fuerte campaña en contra por parte de Estados Unidos, de varios países latinoamericanos y de organizaciones internacionales de derechos humanos, que habían pedido votar contra el Gobierno de Nicolás Maduro.
"Venezuela no pinta nada en el Consejo de Derechos Humanos", había defendido esta semana en una conferencia de prensa el director para Naciones Unidas de Human Rights Watch (HRW), Louis Charbonneau.
Para HRW y otras ONG, Venezuela no cumplía con los requisitos para ser miembro del Consejo de DD.HH. dado el historial del Gobierno de Maduro en este ámbito.
En las últimas horas, Brasil, Chile o EE.UU., entre otros, habían llamado públicamente a frenar la candidatura venezolana, que sin embargo terminó logrando los apoyos necesarios en la Asamblea General de la ONU.
En total, este jueves se cubrieron 14 vacantes en el Consejo de DD.HH. en unas elecciones a las que un buen número de aspirantes llegaban sin oposición dentro de sus grupos regionales.
Además de Venezuela y Brasil, fueron elegidos Libia, Mauritania, Sudán, Namibia, Indonesia, Japón, Islas Marshall, Corea del Sur, Armenia, Polonia, Alemania y Países Bajos.
El Consejo de Derechos Humanos se creó en 2006 para sustituir a la Comisión de Derechos Humanos, suprimida tras 60 años de trabajos por la crisis de legitimidad en la que había caído por decisiones vistas como parciales, politizadas y desequilibradas.
El órgano está formado por 47 países que cumplen mandatos de tres años y cuyos asientos se reparten en grupos regionales.
En el caso de Latinoamérica y el Caribe, junto a Brasil y Venezuela, durante el año próximo continuarán teniendo escaño Argentina, Bahamas, Chile, México, Perú y Uruguay.