La ONU admitió este martes que se enfrenta a grandes dificultades para controlar la situación en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), donde esta semana se han registrado protestas violentas contra la misión que la organización tiene desplegada.

"Nos estamos encontrando con problemas que son muy difíciles de gestionar para una misión", dijo a los periodistas Leila Zerrougui, la jefa de esa operación, conocida por las siglas de MONUSCO.

Por videoconferencia desde Kinshasa, Zerrougui dio cuenta de los incidentes de este lunes, cuando una base de la misión en la ciudad de Beni fue asaltada por una muchedumbre en protesta por la supuesta pasividad de las tropas de la ONU frente a los ataques en la zona de los rebeldes ugandeses de la milicia islamista Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF).

Según la Policía, cuatro civiles murieron y varios más resultaron heridos durante los disturbios.

Las protestas continuaron este martes y, en ellas, un joven murió a manos de "cascos azules" cuando trataba de penetrar en su campamento con un artefacto incendiario, dijo Zerrougui.

Según la diplomática, que trasladó sus condolencias por la muerte y dijo que está siendo investigada, las fuerzas de Naciones Unidas no tuvieron nada que ver con ninguno de los otros tres fallecimientos.

La responsable de la ONU subrayó el difícil contexto en el que operan las tropas en el noreste de la RDC y reconoció que los ataques contra la misión son consecuencia de la frustración de algunos habitantes con la violencia en la zona.

Según Zerrougui, la población considera que Naciones Unidas -cuyo principal mandato es proteger a la población civil- tiene capacidad para hacer más contra la ADF.

Sin embargo, defendió que la ONU no puede lanzarse a la ofensiva contra esa milicia como un Ejército nacional, dado que no puede permitirse los daños colaterales que habría en una zona de selva muy compleja para actuar y con una población muy dispersa, y donde la ADF ha conseguido infiltrar a miembros entre los civiles.

Zerrougui dijo que desde principios de mes ha habido unos 14 ataques con 80 víctimas mortales, muchos de ellos en plena noche y con machetes.

El área es además epicentro del actual brote de ébola en la República Democrática del Congo y la ONU ya se encontró con mucho rechazo, en ocasiones violento, cuando desplegó allí personal para responder a la enfermedad.

Según Zerrougui, la organización está preocupada por el hecho de que la violencia limite su capacidad para responder al ébola.

Este martes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) anunciaron que han evacuado a 76 de sus empleados de la ciudad de Beni dado el peligro.

El noreste de la RDC lleva años sumido en un largo conflicto alimentado por las milicias rebeldes y los ataques de soldados del ejército regular, todo ello bajo la supervisión de MONUSCO, que tiene desplegados a más de 18.000 efectivos en el país.