Guatemala, 10 ene (EFE). La activista guatemalteca Lenina García, quien dirigió de 2017 a 2019 la impetuosa asociación estudiantil de la universidad pública durante el ocaso del Gobierno de Jimmy Morales, advirtió este viernes que la administración del futuro presidente, Alejandro Giammattei, es la continuidad a la creciente política antiderechos.

Desconocida en el ruedo político al inicio del mandato de Morales, a escasas horas de finalizar su período presidencial el próximo martes y de iniciar la era del conservador Alejandro Giammattei, Lenina García lamenta, en entrevista con la Agencia EFE, que el futuro jefe de Estado esté rodeado de "las mismas estructuras y las mismas caras" que su antecesor.

A sus 27 años, luego de haber sido una referente en la defensa de la educación pública universitaria con el rescate de la histórica Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) de la Universidad de San Carlos (autónoma), García observa una falta de "legitimidad" y "representatividad" de la población guatemalteca en la figura de Giammattei.

El exdirector del Sistema Penitenciario, que se vio involucrado en el caso la masacre de siete reos de la cárcel Granja Modelo de Rehabilitación Pavón en septiembre de 2006 y que asegura que en 2010 sufrió de una "persecución política", es, para Lenina García, un hombre que demostró "no tener el más mínimo sentido común por la vida", con ese "antecedente tan grande de violación a los derechos humanos".

Ese polémico antecedente del presidente electo le genera "dudas" sobre su futura gestión, y más cuando su Gabinete designado, que se confirmará el próximo 14 de enero en Palacio Nacional de la Cultura (oficina de Gobierno), está "vinculado a estructuras militares que nos recuerda la represión que se vivió en el país", entre 1960 y 1996 con la guerra interna y que se acentuó en la década de 1980 en los centros urbanos.

Algunas de esas personas que integran el círculo cercano al presidente electo no tienen "legitimidad en la población", subraya Lenina García.

Donde la expresidenta de la Secretaría General de la AEU tiene un hilo de esperanza de cambio o "freno al detrimento de los derechos humanos" es en el próximo Congreso y la posibilidad de que "más bancadas progresistas puedan hacer un bloque un poco más grande (que en la presente legislatura)".

Papeles como el desempeñado por los legisladores Sandra Morán o Leocadio Juracán del izquierdista Convergencia o la congresista Andrea Villagrán, que repetirá con el partido Bienestar Nacional (centroderecha) y otros que forman un bloque pequeño, son "ejemplo de que se pueden hacer cambios" y "es importante replicarlo".

García considera que las esperanzas para cambiar la realidad de desigualdades en el país está en "seguir potencializando en la lucha colectiva en la sociedad civil, con las juventudes y los sectores de la población que históricamente han resistido", pues "a pesar de que los tiempos no traen buenos augurios, creo que debemos seguir luchando con más fuerza".

Una pugna que espera concretar "haciendo puentes" con comunidades indígenas y en resistencia "digna", "sin violencia", en "defensa de los recursos naturales", escuchando las propuestas de "buen vivir", como "referente en modelos de desarrollo", en oposición a la "política tradicional", fundamentada en "el neoliberalismo".

Dentro de una cafetería ubicada a media cuadra de distancia de la Casa Presidencial (despacho de Gobierno), en el centro histórico de la capital guatemalteca, Lenina García sostiene que "hay mucha legitimidad" para concretar cambios en "los jóvenes", las comunidades indígenas que "buscan la vida digna" y en los múltiples "colectivos y organizaciones", con "discursos y narrativas para llegar a la gente".

Pero, se pregunta, "¿qué estamos diciendo haciendo para conectar a la gente que sí está indignada?" y "¿cómo mover esa información para lograr un músculo político mucho más fuerte?", con el fin de conseguir frenar esa "desesperanza" y "zozobra" arraigada, principalmente, en la ciudad.

Retirada de la tormenta política en la que jugó un papel articulador y de pugna contra las políticas impulsadas por Morales y el llamado pacto de corruptos -ahora considerado por activistas como Lenina García como una "alianza criminal" dentro del Congreso y a nivel estatal-, la exsecretaria general de la AEU se ve en un futuro dedicado más a la docencia y, si a caso, a la reforma y fortalecimiento de la educación pública.

Con el objetivo de darle seguimiento a los alcances de su mandato en la organización estudiantil, también quiere, en el plano personal, "retomar pendientes de la universidad y no perder de vista la salud física y mental" que le significó la oposición -"poniendo la cara y el cuerpo"- a un Gobierno de Morales en los que se vivieron "momentos muy duros".

Entre ellos, la acentuación de los "poderes ocultos" en el Estado, el "incremento de los asesinatos de defensores de derechos humanos" y el "crimen de las (41) niñas del Hogar Seguro (Virgen de la Asunción, estatal)" en el que Jimmy Morales tiene bastante responsabilidad al ordenar el ingreso de la Policía Nacional Civil para encerrar a las niñas".

Además, hubo "compra de aviones (militares), cambió la embajada en Israel (de Tel Aviv a Jerusalén)", todo en "reflejo de un Estado cooptado" que operó "con la misma estructura" que el encabezado cuatro años antes por Otto Pérez Molina (2012-2015), aún en prisión preventiva por casos de corrupción.

Con la lupa encima de la administración del rector de la Universidad de San Carlos, Murphy Paiz, de quien también se muestra escéptica, como con el papel que juegue el futuro presidente guatemalteco, Lenina García tiene la certeza de que la nueva administración de la AEU seguirá un legado en defensa de los derechos humanos, estudiantiles y de cambios profundos cada vez más necesarios en el país.