El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción desde el año pasado, manifestó este miércoles su solidaridad con la expresidente chilena Michelle Bachelet luego de que fuera atacada por una declaración "vergonzosa" del actual jefe de Estado de Brasil, Jair Bolsonaro.
"Bolsonaro no se cansa de vomitar ignorancia y avergonzar a Brasil ante el mundo. Mi solidaridad a la (ex)presidenta Michelle Bachelet y al pueblo chileno, que hoy tuvieron la memoria de sus muertos y desaparecidos violentada por este señor", afirmó Lula en un mensaje que transmitió desde la cárcel por las redes sociales.
Bolsonaro, líder de la ultraderecha en Brasil, lanzó una dura crítica contra Bachelet, a quien acusó de defender "vagabundos" y atacó incluso por el lado personal, luego de que la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos cuestionara la situación de la democracia y los derechos humanos en el mayor país latinoamericano.
"Señora Michelle Bachelet: si no fuera por el personal de (Augusto) Pinochet, que derrotó a la izquierda en 1973, entre ellos a su padre, hoy Chile sería una Cuba", dijo Bolsonaro en respuesta a declaraciones de la expresidenta chilena, cuyo padre fue torturado y muerto en la dictadura de Pinochet.
Las declaraciones de Bolsonaro fueron una respuesta a algunas críticas que Bachelet hizo a Brasil este mismo miércoles durante la presentación de un balance de su gestión como alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, cargo que ocupa desde hace un año.
"Entre enero y junio de 2019, sólo en Río de Janeiro y Sao Paulo, se nos ha informado de 1.291 personas asesinadas por la policía, un aumento del 12 al 17 % comparado con el mismo periodo del año pasado", detalló Bachelet en el balance que presentó en Ginebra.
Agregó además que la mayoría de las víctimas fueron habitantes de las favelas y afrodescendientes, todo en un contexto de "un marcado aumento de la violencia policial" y de "discursos que legitiman las ejecuciones extrajudiciales y la ausencia de rendición de cuentas".
Lula, el principal rival político de Bolsonaro pese a estar preso y que lideraba las encuestas de intención de voto para las elecciones presidenciales del año pasado antes de que la Justicia le impidiera postular su candidatura, lidera el socialista Partido de los Trabajadores (PT) y tiene lazos políticos y de amistad con Bachelet y su Partido Socialista.
Las declaraciones de Bolsonaro, pese a criticadas por casi todos los sectores políticos de Chile y por el presidente Sebastián Piñera, un aliado del brasileño, generaron un nuevo debate sobre Pinochet tras 46 años del golpe.
Piñera dijo que no comparte "en absoluto" la alusión hecha por Bolsonaro respecto a Bachelet, "especialmente en un tema tan doloroso como la muerte de su padre".
No obstante, agregó que "toda persona tiene derecho a tener su propio juicio histórico" sobre los Gobiernos de Chile en la década de los 70 y los 80, respecto a la posible opinión que pueda tener Bolsonaro sobre Pinochet y la dictadura (1973-1990).
Por su parte, el exsecretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) José Miguel Insulza dijo que Bolsonaro "es una vergüenza para Brasil y para la región".
En un sentido similar se expresó el excanciller chileno Heraldo Muñoz, para quien Bolsonaro "es un presidente que no está a la altura del gran pueblo brasileño" y que "muchos brasileños deben sentirse avergonzados de su presidente".