Son básicamente Francia, Alemania, Austria, Dinamarca y Suecia. Llevan años aplicando controles fronterizos de forma recurrente, alegando motivos de seguridad, desde 2015. Y eso afecta al funcionamiento de Schengen y la libre circulación de personas y bienes, uno de los principales pilares de la Unión Europea. La Comisión Europea ha insistido este martes en su defensa de la libre circulación y el respeto a las normas de Schengen.
Y este martes, el Tribunal de Justicia de la UE ha recordado, en un caso que afecta a Austria, que "cuando se presenta una amenaza grave para su orden público o su seguridad interior, un Estado miembro puede restablecer controles en sus fronteras con otros Estados miembros, pero sin sobrepasar una duración total máxima de seis meses".