Para muchos las vistas de una casa desde la que prácticamente se puede saltar a las vías del tren no serían privilegiadas, pero los miles de refugiados acogidos, alimentados y curados en su paso por la ciudad macedonia de Veles siempre agradecerán que Lenche Zdravkin no mirase hacia otro lado.
Durante toda la noche los farolillos de su patio permanecen encendidos para que quien recorra las vías en su ruta de los Balcanes pueda encontrar la puerta fácilmente. Su sótano está repleto de productos de primera necesidad, ropa y medicinas listos para quien los necesite.
El panorama era distinto hace cinco años, antes de que se la conociera como "Madre Lenche".
Leer más: Lenche, la mujer que ayuda a los refugiados que caminan por las vías del tren