El último ejemplo de ello es el rechazo del ministro de Exteriores, Israel Katz, a recibir al alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, en su viaje a Oriente Medio
Borrell lamenta que no se logre el alto el fuego en Gaza: “Podemos poner presión diplomática a Israel, pero nuestra capacidad es limitada”
A pesar de que el sionismo que domina la agenda política israelí es de raíz centroeuropea y de que es bien visible el afán de sus gobernantes por conseguir que Israel sea reconocido como un miembro más de la familia europea, sus relaciones con la Unión Europea (UE) vienen definidas desde hace tiempo por un desencuentro permanente.
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