Portugal es la tierra donde sucede todo lo que no se esperaba que sucediese. ¿Qué esperar de un Estado nación con casi mil años de historia que, para hacerse independiente, ve a un hijo declarar la guerra a su madre? ¿O que su día nacional es el día de un poeta? ¿O que posee en Belém la torre militar más gay de Europa?
Aquí todo es imposible y posible. Hablo de un pueblo que en 1500, con tan solo un millón de habitantes y sin ejército, llega a todo el mundo, llevando consigo lo peor y lo mejor de Europa. Al desembarcar en India, como diría Eduardo Lourenço, Portugal no solo se situó en el centro del mundo.