La campaña antidrogas del presidente filipino Rodrigo Duterte iniciada en 2016, que ha provocado la muerte de al menos 8.663 personas, ha causado "graves violaciones de los derechos humanos", subraya un informe publicado hoy por Naciones Unidas en el que se destaca la impunidad de los crímenes.
En cinco años sólo ha habido una condena por el asesinato de un sospechoso, recuerda el informe elaborado por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, en el que también se denuncia "la demonización de la disidencia" con la muerte de al menos 248 activistas, periodistas, abogados y miembros de sindicatos.
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