“Este trabajo es un chollo. Estoy enamorado de la empresa”, dice Ramón (nombre cambiado), entrado en la treintena, tres años ya como técnico de seguridad, como lo denomina, como comercial-instalador, de Securitas Direct. “Yo nunca utilizo el miedo para vender, ni cuando hay un robo cercano, porque no hace falta. A la gente en España nos gusta hablar mucho así que todo se sabe, y, además, se ven las noticias. El miedo está ahí, no hay que usarlo. Sólo dar información real e ir con la verdad por delante”, explica.
“Es cierto que jugamos con el miedo de la gente y durante los últimos años ha subido nuestra agresividad, porque nos exigen más”, cuenta Francisco (también nombre alterado), 40 años, desde hace cinco años en Securitas y una década ya en el sector.