Al finales de septiembre de 2018, el rey de Arabia Saudí Salman bin Abdelaziz inauguró la línea de AVE que une las ciudades de Medina y La Meca. No asistió ningún alto cargo del Gobierno español, a pesar de que fue un consorcio de empresas de nuestro país el que ganó el encargo de construir la infraestructura de unos 450 kilómetros. Las compañías llegaron a ese acto tras años de enfrentamientos entre ellas, trabas en la construcción y constantes retrasos.
La inauguración no fue el gran acto que se suponía para una obra de esa envergadura. El régimen quiso que el protagonismo fuera de la Casa Real saudí y no se invitó a ningún representante de los países que habían tenido participación.