Desde principios de octubre, las comidas diarias que prepara Tarannum Sobnom, ama de casa bangladesí, ya no son lo que eran. Sobnom se vio obligada a reducir a la mitad su consumo del ingrediente esencial de la gastronomía de Bangladesh, la cebolla, cuando su precio se triplicó al limitarse su importación.
"Normalmente comprábamos la cebolla a 30 takas (0,31 euros) por kilo, pero a principios de octubre, los vendedores pedían 75 takas (0,79 euros)", relató a Efe Sobnom, que ante esa situación, solo compró 5 kilos, con la idea de que "el precio se vendría abajo" más adelante, pero no fue así.
Leer más: Aunque los precios se disparen, Bangladesh no sabe vivir sin cebolla