No es difícil percibir en Jerusalén Este o en Cisjordania los gigantescos efectos de la ocupación ilegal israelí y del sistema de apartheid que aplica sobre la población palestina. Solo quien no quiera verlo podrá negarlo. Los periodistas que hemos vivido o trabajado allí hemos presenciado a lo largo de los años derribo de viviendas, evacuaciones forzadas, nuevas ocupaciones israelíes de tierras palestinas, anexión de las mismas, robo de sus recursos naturales, de sus cultivos, de sus acuíferos, maltrato sistemático, discriminación, negación de derechos.